Contra la ruina

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Demasiados años llevamos escuchando razonables voces de alarma ante la progresiva desvitalización residencial del casco monumental de Santiago, y demasiados años de inmovilismo de las Administraciones lo condenan a la terciarización, a la voracidad del sector turístico, a la musealización, a la pérdida de los vecinos y el comercio que le dan vida ciudadana. Por eso, el diagnóstico previo a la revisión del Plan Especial -muy sesuda para descubrir lo obvio- no debe extrañar a nadie, si acaso en lo benévolo de su radiografía porque cabría pensar que el deterioro del patrimonio inmobiliario residencial podría ser incluso peor que esos 173 edificios en estado de abandono y 68 mal conservados. Va siendo hora de que el Consorcio de Santiago cambie de prioridades y en vez de dirigir el grueso de sus dineros de rehabilitación a monumentos, o sea, a la Iglesia -que debiera poner algo más de su parte- se centre en mejorar las condiciones de habitabilidad de la zona histórica. Pero no solo potenciando las ayudas a la rehabilitación de viviendas e incentivando que los propietarios e inquilinos acudan a ellas, sino también mejorando los deteriorados espacios urbanos y la accesibilidad, promoviendo también la recuperación y puesta en el mercado de bajos comerciales... Este frente restaurador deberá estar acompañado por otros dos tanto o más importantes: la puesta en práctica de una inaplazable política social de vivienda para evitar que el acceso a un piso siga siendo misión imposible incluso para las rentas medias y la flexibilización no destructiva de las normas de rehabilitación y usos. Urge, antes de que amenace ruina.