Participa en un encuentro con el público santiagués esta noche, tras la proyección de su polémico documental en el Cineclub
29 ene 2015 . Actualizado a las 10:19 h.Xabier Artigas tiene un encuentro esta tarde con el público compostelano tras la proyección de Ciutat morta en el Cineclub. El caso sigue dando mucho de qué hablar, pero el director y la productora Metromuster ya trabajan en un nuevo documental, Idrissa. «Lleva el nombre de un chico encontrado muerto en una celda de internamiento para extranjeros», dice, una denuncia sobre «el racismo institucional».
-«Ciutat morta» hizo que saltara a la luz pública uno de los casos más sonados de corrupción policial en Barcelona, ¿siente que el documental ha hecho justicia?
-No se ha hecho justicia aún y probablemente no se va a hacer nunca. Ha muerto una persona por el camino, que se quitó la vida a consecuencia de esas falsas acusaciones, y además hay una serie de gente muy joven que pasó muchos años en la cárcel que nadie les va a devolver. Es muy difícil en este punto hablar de justicia, pero igual sí se puede conseguir que la gente sea un poco más consciente de que pasan esas cosas. El caso de Ciutat morta no es algo aislado, pasa a menudo.
-¿Esperaban la repercusión alcanzada por este proyecto?
-Para nada. Hicimos una apuesta por hacer trascender el trabajo de los círculos activistas, gente que llevaba años luchando por ese caso. Queríamos llegar más allá, pero nunca hubiéramos imaginado que estaría en todos los medios de comunicación y que se hablaría tanto del tema.
-El documental recibió además numerosos premios, pero antes de todo este bum ¿qué tipo de trabas se encontraron para sacar adelante un trabajo como este?
-De entrada, el principal problema fue de recursos. Somos una productora independiente e hicimos un crowdfunding con el que conseguimos 4.700 euros para arrancar. Evidentemente hay también una cantidad de tiempo invertido que nadie nos ha pagado. Y, a partir de aquí, hubo dificultades a la hora de mover un mensaje tan radical. Una peli que denuncia prácticas ilegales por parte de políticos, jueces y policía no tiene el recibimiento por parte de los medios y organismos oficiales que tendrían otros proyectos. Apostamos al principio por movernos en un contexto de festivales de cine, en los que sabíamos que se valoraría más la calidad artística y funcionó. Fue una plataforma para que se nos tomara un poco más en serio.