El Plan de Catedrales no dio ni un céntimo para la de Santiago

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

La Catedral sufre numerosas deficiencias graves, en su mayor parte provocadas por el problema de las cubiertas.
La Catedral sufre numerosas deficiencias graves, en su mayor parte provocadas por el problema de las cubiertas. xoán a. soler< / span>

La Iglesia acudirá a Fomento para financiar las obras del cimborrio

29 ene 2014 . Actualizado a las 18:59 h.

El Ministerio de Cultura ilusionó a los directivos de la catedral de Santiago al condicionar la financiación de las obras secuenciadas de la basílica a la aprobación de un plan director. Este viajó raudo a Madrid a finales del 2009 para ponerse bajo el paraguas del Plan Nacional de Catedrales. Y se puso. Pero no llegó ni un céntimo a Compostela. «No hemos recibido nada de nada. El plan sirvió para la conservación de muchas catedrales españolas. Pero aquí no nos tocó nada», refieren responsables de la basílica.

Cuando Santiago empezó a reclamar su porción de fondos, el Ministerio de Cultura «quedó ayuno de medios económicos» para iniciativas de conservación y restauración de la Catedral. Mientras, algunas basílicas españolas han quedado como nuevas gracias al Plan de Catedrales. Por ejemplo, la de La Laguna (Tenerife), que acaba de reabrir sus puertas tras recibir 8,2 millones de euros por graves problemas de humedad que amenazaron las estructuras del templo. Algo semejante a lo que se está viendo en la catedral compostelana por efecto de las filtraciones.

«Pero lo nuestro es la Catedral y el edificio claustral, no es solo la basílica», indican los responsables eclesiásticos, quienes recalcan que las «soluciones en Santiago no son excesivamente costosas, teniendo en cuenta el edificio del que hablamos».

Entre el 2000 y el 2006 las restantes catedrales gallegas recibieron ayudas de Cultura gracias al plan estatal, aunque a decir verdad no han sido demasiado cuantiosas. En Compostela el ministerio participó en la financiación de algunas actuaciones restauradoras de la basílica, pero hay que remontarse a principio de los años 90.

«Hay que empezar a plantearle a la Administración central que actúe en Santiago», señala la Iglesia compostelana.