El Concello tramita una orden de derribo de una infravivienda
12 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El monte da Estivadiña, situado en la parroquia de Aríns, forma parte de los muchos parajes del patrimonio natural de Compostela. Este espacio está calificado como zona de especial protección forestal y paisajística. Una clasificación que es fácil comprender con un breve paseo.
A medida que se avanza por sus pistas de tierra, especialmente deterioradas por el efecto del largo invierno, pueden descubrirse estampas desconocidas de Santiago. Pero desde hace unos años la belleza de este monte se ha visto gravemente alterada. Los vecinos vienen denunciando desde hace tiempo los problemas generados por la construcción de una casa en una de las fincas del monte sin las mínimas garantías de salubridad y, según pudieron comprobar los técnicos municipales, sin ningún tipo de sistema de recogida de residuos, que van directamente al monte por una de las esquinas de la finca amurallada de la casa. Sobre esta vivienda pesa una orden de derribo y varias multas, después de que interviniera la Xunta de Galicia, porque su construcción es ilegalizable. Fuentes vecinales apuntaron que, poco después de que se dictara orden de derribo, los propietarios de la casa construyeron una segunda vivienda en la misma finca, por lo que se temen que sea necesario reiniciar todo el proceso para esta segunda unidad sin que se resuelva el problema de salubridad y seguridad.
También han reclamado una actuación directa sobre los responsables de la acumulación de vertidos incontrolados a lo largo de todo el monte. Unos vertederos en los que se acumulan electrodomésticos, cartón, bañeras, restos de ordenadores e, incluso, los restos de la quema de cables supuestamente para retirar el cobre y hasta carpetas y documentación de un hotel de la ciudad.
En las inmediaciones de la casa, sobre la que pesa una orden de derribo, los palés se amontonan sin ningún tipo de control y en la pista de acceso al monte se instalaron hace ya algún tiempo un par de viejas caravanas junto a las que se han ido construyendo barracones para hacer las veces de cocina.
Al día siguiente de la visita al monte esta semana de los concejales de Urbanismo y Obras, María Pardo y Juan de la Fuente, varios técnicos del Concello acudieron para localizar con un GPS las coordenadas exactas de cada una de las numerosas fincas en la que se acumula basura, en la que se ha instalado un pequeño poblado, y para recoger datos de los vertidos de la casa. La intención del Concello es notificar a los propietarios para que limpien las fincas y garantizar la protección medio ambiental.
El problema es que, según comentaron los vecinos, muchos dueños ni se atreven a acudir al monte por temor a los auténticos responsables de los vertidos. Aseguran que, aunque retiren los residuos, en poco tiempo volverán a tener sus fincas ocupadas, por lo que esperan que se actúe sobre la base del conflicto.