Veraneo en la costa gallega más días de lluvia es igual a atascos kilométricos y colapso en las entradas, salidas y carreteras interiores de Santiago. La operación es sencilla. Cuando el tiempo no permite disfrutar de un buen día de playa, todos los veraneantes y turistas tienen la misma idea: visitar la capital.
Aunque a los santiagueses y a los trabajadores en Compostela que viven en las afueras siempre les pille desprevenidos, esto es algo que ha sucedido siempre, aunque nunca se le haya encontrado una solución. El problema nace casi siempre en el sur, lugar elegido por muchos para pasar las vacaciones estivales. Como todo atasco, también tiene su punto negro o de máxima aglomeración, y en este caso es la autopista AP-9. Como idea principal y a grandes rasgos, una autopista se construye con la finalidad de, además de permitir realizar trayectos en menos tiempo, evitar las congestiones automovilísticas en las carreteras. Ayer, toda esta idea quedó completamente eliminada y la AP-9 perdió su identidad. Si lo que se buscaba era llegar rápido a Santiago, lo que uno se encontraba eran filas kilométricas de vehículos parados o moviéndose a una velocidad de, como máximo, 10 kilómetros por hora. El motivo fundamental, y que se no se podía llegar a ver desde el final de la cola (si es que tenía un final), era el peaje de Teo. Si ya de por sí estas cabinas de impuestos exigen una breve parada antes de continuar el camino, con cientos de coches la espera se eterniza. Además, el enfado se hace más visible en la cara de los conductores cuando, después de un viaje más eterno de lo normal, aún por encima tienen que pagarlo. Hay en muchas ocasiones en las que cuando los atascos son muy notables, la concesionaria de autopistas ordena levantar las barreras y así descongestionarlo. Sin embargo, se ve que esta decisión no tiene un criterio muy normalizado. ¿Pasaron la autopista? Pues ahora conviene abrocharse bien el cinturón, certificar que el depósito está lo suficientemente lleno y, con valentía, adentrarse en el caos y el descontrol de la ciudad.