Las grabaciones en las que el presidente valenciano Francisco Camps y su esposa hablan con un implicado en una trama corrupta y le agradecen los regalos recibidos incrementan la sospecha de que ha podido haber como mínimo un caso de cohecho. Camps, que todavía no está imputado, tiene derecho a la presunción de inocencia, como cualquiera. Pero debería dar alguna explicación, más allá de asegurar que todo es «un montaje» para perjudicarle. Insistir en que todo es falso sin esgrimir argumento alguno en contra es obligar a los ciudadanos a un acto de fe en su inocencia. Si Camps asegura que pagó sus trajes, la solución a sus problemas es tan fácil como presentar la factura de compra. Aunque afirme que pagó en efectivo, todo el mundo sabe que al comprar cualquier producto a uno le dan un tique por si es necesaria una devolución. Y si lo perdió, que pida un duplicado. Cada día que pasa sin presentar ese tique aumenta la sospecha.