La reordenación del tráfico rodado en el casco urbano es una de las materias en las que ha intensificado su actuación el nuevo gobierno de Melide, formado por una coalición entre BNG y PSOE. Desde este último partido, el primer teniente de alcalde y concejal de Seguridad y Tráfico, Manuel Prado, ha trasladado a las autoridades competentes el propósito del ejecutivo local de realizar una serie de actuaciones que consideran oportunas para mejorar la seguridad viaria en pleno centro de la localidad y en el acceso a la misma desde la carretera nacional Lugo-Santiago (N-547).
En un encuentro que mantuvo días atrás con el jefe provincial de Conservación de Carreteras, Eduardo Toba Blanco, el concejal melidense solicitó el apoyo económico necesario para instalar semáforos en el cruce entre el vial de titularidad estatal y la carretera de ámbito autonómico que desde Melide conduce a Betanzos, por un lado, y a la localidad pontevedresa de Agolada, por otro. Esta intersección es el punto de mayor intensidad de tráfico en la localidad melidense; circunstancia que el mercado semanal que se celebra cada domingo complica provocando retenciones de vehículos.
La idea inicial es que el tráfico se regule mediante dispositivos luminosos sólo los días de mayor densidad circulatoria ya que la actual rotonda que ordena el tráfico no altera, habitualmente, la fluidez. La segunda demanda trasladada por Manuel Prado se traduce en la construcción de una rotonda en el punto en el que confluyen la carretera nacional y la que conduce a Visantoña, que es uno de los viales secundarios más transitados de la zona al comunicar la capital comarcal con el núcleo más poblado del vecino municipio de Santiso.
Además de regular el acceso de vehículos a esa carretera desde la nacional, la construcción de una rotonda en esa intersección, conocida como cruce de Santa María, obligaría a los conductores a respetar la velocidad establecida para circular en poblado. El límite se rebasa con frecuencia cuando se circula en dirección a Melide por inercia de la recta de entrada a la localidad que dibuja el trazado de la carretera Lugo-Santiago. Otra de las razones con las que el edil de Tráfico justifica la demanda viaria reside en el hecho de que el vial nacional se cruza con el Camino Francés a escasos metros del punto en el que plantea construir la rotonda.
El recorte de velocidad al que, inevitablemente, obligaría la rotonda repercutiría, a la par, en un mayor respeto por el paso de peatones habilitado, especialmente, para el cruce de los peregrinos. Además, el vecindario de la zona podría realizar los cambios de sentido en condiciones óptimas de seguridad.