Unidos por un mismo camino

Lara Rodríguez

SANTIAGO

07 ago 2007 . Actualizado a las 03:01 h.

Homenaje en Arzúa. La parroquia de San Pedro de Villantime, en Arzúa, rindió homenaje el sábado a Dolores Otero Couso. Se trata de un reconocimiento público a su lucha y dedicación a los enfermos y a la familia. La homenajeada recibió una placa de agradecimiento de manos del alcalde de Arzúa, Xaquín García, y del cura párroco, José López. Dolores Otero es una vecina solidaria con todos, especialmente con sus dos familiares discapacitados. Al agradecer el detalle, la mujer tuvo especial mención para el cura párroco por estar presente a pesar de estar pasando por un delicado estado de salud. Fue un acto muy emotivo, en el que también las vecinas de la parroquia Ermitas Rois y Áurea Sexto recibieron un ramo de flores como reconocimiento a la dura vida que han tenido. El alcalde de Arzúa calificó de heroica la actividad de Dolores Otero y reconoció que las personas con discapacidad u otras dificultades necesitan, además de ayuda económica, apoyo como el que brinda esta mujer. El grupo de música tradicional del Centro Cultural de Vilaboa, en Culleredo, fue el encargado de poner acordes a la ceremonia. Su directora, Otilia Villar, se mostró muy emocionada también; incluso manifestó que «era difícil dirigir el grupo por la emoción que sentía». Al final del acto, la asociación de vecinos O Matarelo invitó a los presentes a un vino y a la degustación de un aperitivo elaborado por los vecinos de la parroquia.

Grupo de vascos. Lo mejor de hacer el Camino para este guipuzcoano es conocer gente nueva. Enrique Martín, que comenzó en Roncesvalles y llegó ayer a Compostela, es un peregrino improvisado que vino para acompañar a tres amigos y hoy no se arrepiente. «Éramos cuatro, pero en el camino nos hicimos una pandilla de doce personas del País Vasco, seis guipuzcoanos y seis bilbaínos», cuenta. Le gustaron muchas cosas del viaje, pero «lo mejor fue un albergue en Burgos, el más cutre pero con unas personas muy majas». Si le invitaran a hacer el Camino otra vez también se montaría en bici, pero no aguantaría más de quince días de travesía. Según cuenta Enrique, le agradaría quedarse en la ciudad más días, pero van justos de tiempo.

El Camino les unió. Por Compostela se ve a muchos grupos de peregrinos compartiendo historias, pero pocos tan felices y agotados como este grupo de boy scouts italianos. Son los Rutiglianis, y disfrutaron de seis días de recorrido y tres en Santiago. Vienen desde Sarria y se pelean para contar sus aventuras, cosas que, como las charlas durante la caminata, nunca olvidarán. El momento más inolvidable fue llegar y ver la Catedral, «es una emoción única», recuerda una de las integrantes. Son chicos y chicas de entre 17 y 26 años que unieron sus vidas con el Camino de Santiago. Repiten a coro que nada les podrá separar después de una experiencia tan intensa como pasar días de paseo, pero también de sacrificio, juntos.

Vacaciones con mascota. De Sevilla a Santiago en coche hay unas cuantas horas, pero cada una vale la pena «para venir a refrescarse a Compostela», afirma José María Ramírez. Él sin su perra Lola no va a ningún sitio. Desde la plaza de A Quintana admira los monumentos, mientras Lola se pone inquieta porque espera a su otra dueña, la novia de José. Se alojan en un hotel que les permite ir con su mascota de tres años. «Me gustó prácticamente todo lo que vi. Estamos pensando en hacer el Camino, pero aún no sabemos», comenta José Ramírez con su perra en brazos. Si lo hicieran, no está seguro de si vendrían con Lola.