Las exigencias del mercado laboral y, sobre todo, las del Espacio Europeo de Educación Superior pasan por transformar los métodos de docencia, una premisa que tiene bien clara el decano de Farmacia: «Hay que cambiar el modo de enseñar y olvidarse de las clases magistrales paara darle protagonismo al alumno; pero también los estudiantes deben cambiar de mentalidad y dejar de ser elementos pasivos en el aula, y yo sé que esto se puede conseguir, aunque cuesta». En este sentido, el decano confía más incluso en la capacidad de adaptación de los alumnos que en la de los profesores, ya que admite que existen ciertas reticencias a los cambios entre los docentes universitarios. Por su parte, José Miñones asume el proceso de Bolonia como «una oportunidad» para innovar los métodos y los contenidos, pero también las infraestructuras de la facultad: «Son hnecesarios cambios estructurales, nuestras aulas son grandes y cuando se implanten los grados los grupos serán reducidos; además necesitamos espacio para la investigación».