Brasil es un «meninho da rúa»

Alexis Falcón SANTIAGO

SANTIAGO

Teatro | Okamoto dramatiza el fenómeno social El actor de la Universidad de Campinas funde la realidad con un cuento de Rulfo en una pieza «primorosa» y «poética»

24 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?e abuelos paternos japoneses, Eduardo Okamoto, actor de Agora e na hora de nossa hora , uno de los espectáculos más destacados del Festival Internacional de Teatro Universitario, refleja el armonioso mestizaje que desde hace muchos años viene construyendo Brasil. Okamoto, que se presenta en el festival con un espectáculo que ha tenido bastante éxito, es un graduado en Artes Escénicas por la Universidad de Campinas -próxima a Sâo Paulo- que actualmente realiza el doctorado, pero a pesar de su fuerte ligazón con dicha Universidad está considerado como un actor profesional. A Eduardo Okamoto se le ocurrió la idea de llevar a escena un espectáculo sobre los meninhos da rúa cuando impartió para ellos un aula de circo. «Dediqueime a observar e imitar aos meninhos da rúa, as súas voces e xestos -recuerda el actor-. Fixen esto nas cidades de Campinas, Sâo Paulo e Río de Janeiro. Aquí atopeime cun feito histórico en 1993, cando asesinaron a oito meninhos da rúa na porta dunha igrexa moi famosa no Brasil, a igrexa da Candelaria, suceso que foi coñecido como a chacina (matanza) da Candelaria». Okamoto fundió estos hechos reales con Macario , un cuento de Juan Rulfo, un meninho que convive con el público. El espectáculo, por tanto, suele ser representado sobre el escenario con el público alrededor. El protagonista es un meninho da rúa que sobrevive milagrosamente a la chacina efectuada por la policía, paradójicamente porque no salió corriendo, y ahí empieza su monólogo. El espectáculo ha sido calificado de «primoroso» y «absolutamente poético» por algunos críticos brasileños. Eduardo Okamoto desarrolla un gran trabajo de expresión corporal, un lenguaje que, comenta, «é moi importante no espectáculo, tanto como a dramaturxia». El actor, que confiesa que aprendió mucho de los meninhos da rúa , «porque son alegres, solidarios, cun impulso de vida moi forte», desarrolla un proyecto social para ellos en Campinas, impartiendo clases de teatro, circo, música y danza. Para Okamoto «calquer cousa que se lle ensine a un meninho da rúa o aprende con facilidade porque hai moita vitalidade. Brasil enfrenta dificultades moi serias pero, ao mesmo tempo, é un pobo moi alegre. Brasil é un pouco un meninho da rúa ». El intérprete explica que la policía pulsa el gatillo contra los meninhos da rúa «atendendo a unha presión social porque a sociedade no sabe que facer con esta situación social».