HABERLAS HAYLAS | O |
10 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.LA CUESTIÓN es correr, la rapidez, la velocidad. Convertido en mito de instantaneidad, los coches cada vez se parecen más a los aviones y las corredoiras se reconvierten en autovías. Lo mismo sucede con el tiempo, al sustituir el tiempo cíclico del día y la noche y las estaciones del año por un nuevo tiempo lineal: el día y la noche se confunden gracias a la luz eléctrica y los rigores siberianos del invierno se contrarrestan con la calefacción. Son los avances de la tecnología. El único problema es que los avances tecnológicos van por delante de la finitud humana y sus límites. Así que no es de extrañar que, al señuelo de las televisiones y los videojuegos, nuestros tiernos infantes confundan más de lo debido la realidad y la ficción, asumiendo el papel de protagonistas intrépidos de la realidad. Karts y quads son las nuevas máquinas que desafían el tiempo y el espacio, el dulce encanto del riesgo, las emociones fuertes. Como en el mejor videojuego ante la pantalla del PC. También el riesgo de ir hacia ninguna parte. Información en la página L4