? pesar de que el Concello de Santiago acordó en noviembre del 2001 paralizar la concesión de licencias para instalar antenas de telefonía móvil, las operadoras han seguido «buscándose la vida» para dar cobertura a sus clientes e instalando postes en los puntos más altos. La normativa estatal es la que establece la potencia máxima con la que pueden funcionar estas instalaciones. El concejal de Urbanismo, Luis Toxo, mostraba esta misma semana su convicción de que habría que hacer una ordenanza municipal sobre telefonía móvil nueva, en vez de resolver las alegaciones que pesan sobre la restrictiva -para las operadoras- normativa aprobada inicialmente y que nunca entró en vigor, y abogó por esperar al Plan Xeral de Ordenación Municipal. En el 2002, la Xunta instó a las operadoras a retirar las antenas de los colegios; pero ahí siguen.