SUCEDIÓ EN 1954
15 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.El tribunal de Berchstesgaden que, en octubre de 1954, celebró un juicio a instancias de una hermana de Hitler y de unos parientes de su esposa Eva Braun, determinó la muerte del führer, por suicidio, el 30 de abril de 1945. El juez Heinrich Stephanus interrogó a numerosos testigos, entre ellos al dentista del jerarca nazi, y al ex agente del espionaje británico y escritor Trevor-Roper, quien tuvo la misión de averiguar en las ruinas del Berlín liberado si Hitler había muerto realmente. Con el material obtenido escribió un libro, Los últimos días de Hitler, muy riguroso y que fue un éxito de ventas. Trevor Roper dijo que los soviéticos siempre quisieron ocultar la realidad y poner trabas a los investigadores, a pesar de que ellos fueron los que hallaron los cadáveres calcinados del fúhrer y de su compañera. En el cráneo del primero se veía claramente el orificio de entrada de la bala que él mismo se disparó. También se aportó como prueba el telegrama de Goebbels al almirante Doenitz, en el que se decía: «El führer murió ayer en Berlín, a las 16.30 horas. El testamento le designa a usted como su sucesor. ¡Heil Hitler!». A pesar de ello, siguieron circulando los más variados rumores sobre la supervivencia del dictador nazi. La mayoría de ellos lo situaban en Sudamérica, con el rostro transfigurado.