Un grupo de peregrinos llega a Compostela con un asno. Dolores Martínez Caamaño inauguró una muestra fotográfica en un local de la zona monumental
29 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Seguro que más de uno se preguntará qué hace un burro paseando por el casco histórico. La verdad es que no mucho, ya que al animal a poco más le cae una multa por no llevar en regla los papeles del seguro. Bromas aparte. Un grupo de peregrinos llegó ayer a Compostela acompañado de un burro después de recorrer, un poco a pie y un poco a lomo, el Camino de Santiago. Es evidente que el compañero de viaje de los caminantes, que aprovecharon para darse una vuelta por la ciudad, no le cayó muy bien a un policía local que cumpliendo con la ley mandó parar al animal. Lo que de momento desconocemos es si el animalito recibió la Compostela. Vamos a seguir con una exposición. Dieciséis fotografías a todo color son las protagonistas de una muestra que desde hace días puede contemplarse en el café Agarimo. La autora de las instantáneas , Dolores Martínez Caamaño , aprovechó su estancia el pasado verano en el Algarve para hacer unas fotografías que reflejan el día a día de esta región del sur de Portugal. La joven santiaguesa, que en la actualidad cursa estudios de producción, espera calar hondo entre los vecinos de la ciudad. Del arte vamos a pasar a la música. Y es que no todos los días nos regalan los oídos con los dulces sonidos de la zanfoña, un instrumento que gozó de gran esplendor pero que fue cayendo en desuso y empezó a emparentarse con ciegos mendicantes. Claro que este no es nuestro caso. Dos músicos anónimos son los encargados de poner últimamente las notas musicales al Obradoiro. Armados con sendas zanfoñas los artistas hacen las delicias de turistas y vecinos que no dudan en pararse unos minutos a escuchar el dulce sonido de este instrumento de origen europeo. Vamos a terminar mandando una felicitación conjunta a todos los que respondan al nombre de Fernando . Por si alguno no se ha dado cuenta todavía, hoy es su santo. Así que a rascarse los bolsillos con los amigos.