Los Juegos Florales Iberoamericanos llenaron de poesía la ciudad de A Coruña. Con el Teatro Rosalía de Castro como escenario, el erudito gallego Eugenio Montes como maestro de ceremonias y rodeados por máximas autoridades de la intelectualidad y la política, se dieron cita algunos de los mejores poetas del panorama literario español del momento. El ganador fue el famoso poeta Gerardo Diego que recibió el galardón de la flor natural a manos de la Reina de los Juegos, Sarita Morales. El autor santanderino eclipsó a otros autores, entre ellos al propio mantenedor de la ceremonia, el orensano Eugenio Montes. A pesar de ser considerado un gran autor en la época, poco después caería en desgracia, debido a sus simpatías por el Régimen. Sus afinidades políticas borraron una interesante carrera como escritor y periodista y, según palabras de Juan Ramón Jiménez, «una de las mejores expresiones de la culta inteligencia».