José Luis Iglesias Diz. 70 años. Teo. Médico pediatra
06 ago 2018 . Actualizado a las 21:54 h.Hola, persiana, te vengo a despertar para que dejes pasar el sol antiséptico. Sé que estás dormida y estirada en tu cama de noche, pero ahora es necesario que te enrolle para que yo pueda ver el nuevo día que amanece. Sé que enrollada pierdes prestancia y te vuelves inútil. Bueno, en realidad solo quedas out, pero sé que eso te molesta, aunque a menudo te bajo para que pueda escribir en el ordenador cosas como esta cuando la excesiva luz me impide hacerlo. Por el ruido que haces al subirte o bajarte aprecio tu humor y procuro ser delicado contigo, no sé si te das cuenta, pero sé cuando has pasado una noche de mucho frío o viento y has sostenido la integridad de la ventana con todo tu poderío. Me doy cuenta de ello, pero a veces me olvido de tus sufrimientos y, claro, después me siento mal porque nunca te quejas y el tiempo va haciendo mella en ti… Aún recuerdo la catástrofe de hace un par de años, cuando te caíste exhausta con tu cinta de sostén rota; aquel ruido y el sentimiento de que era el final para ti me sobrecogió, pero por fortuna te recuperamos y sigues con nosotros como desde hace tanto tiempo… Gracias, eres como un párpado que me devuelve la luz cuando quiero y me trae la oscuridad para el reparador sueño. Sigue velando por mí.