Jose Luis Rodríguez Arias. 48 años. Quiroga. Administrativo
19 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Todos deberíamos tener y utilizar nuestra linterna mágica. Es una de ellas la que con su luz nos muestra todo nuestro entorno, las personas que queremos, los lugares en los que nos gusta estar, estados de ánimo de otras personas, peligros que nos pueden acechar, sonrisas, llantos, prisas, elogios, tristeza, alegría. Incluso cosas materiales que nos dan confort, pero no la felicidad. Podemos apuntar a las montañas, a las estrellas, a la luna, al sol y a todo el universo.
Pero bien, lo más importante que podemos hacer con esta linterna es apuntarla hacia dentro de nosotros, allí observaremos nuestras emociones, nuestros sentimientos y pensamientos que es en lo que se basa la condición humana, lo que verdaderamente importa en la vida. Cómo planteamos cada situación en la que nos encontramos fuera, como redirigimos todo ese caudal de hormonas del sistema endocrino, como nuestras células se ven afectadas por cada situación, como nuestras neuronas con los neurotransmisores y la sinapsis perciben todo lo de fuera.
Observaremos nuestros valores humanos, la condición de nuestro tiempo, apreciaremos la soledad y el silencio. Revertiremos situaciones que nos parecían insalvables en verdaderas simplezas. Simplemente, seremos. Sabremos afrontar miedos absurdos, ante personas o situaciones. Nos daremos cuenta de que una de las grandes capacidades del ser humano es el pensar.
De este modo, sintiéndonos, viviremos más en el presente y sabremos actuar con determinación ante cualquier situación, veremos con claridad quién nos aprecia de verdad, qué ideal perseguimos, qué y quién nos da tranquilidad, qué nos hace felices, qué nos motiva.
El conflicto interno y permanente que tenemos entre la lógica y la razón o hemisferio izquierdo y derecho, verán que hay un tercer órgano que nos transmite paz, serenidad, sensatez. Este órgano es nuestro corazón, sin él nos faltará nuestro espíritu o Alma.