Fue un partido muy difícil para Argentina. México, con su defensa de cinco, fue impenetrable. No había manera de entrarle. Existía mucho miedo a perder y mucho nerviosismo. El primer tiempo fue muy trabado, no se jugó prácticamente nada. El partido en esa fase era de empate clavado, el plan que había trazado México. Pero por suerte tenemos al mejor, al que nos salva siempre. Cuando Messi recibió un pase con ventaja y posibilidad de remate, demostró por qué es el número uno del mundo. El Tata Martino llevaba todo el partido tratando de evitar eso, que conectara, pero al final pasó y Leo no perdona. Ahí se facilitó todo. México tuvo que salir un poco más, el partido se rompió, y Argentina encontró el segundo gol.
Había muchísima tensión después de haber perdido el primer partido y eso se notó. Era una situación límite porque sabías que si perdías estabas eliminada. Argentina llegó como candidata a ganar el campeonato y un grupo que de principio nos parecía fácil está resultando muy complicado. La victoria permite un poco de tranquilidad. Ahora, Polonia no lo va a poner fácil. Estratégicamente, está bien trabajado y se va a echar atrás. En los dos partidos ha usado una fórmula parecida. Sabe que tiene en Lewandowski a un delantero de máxima jerarquía, que puede resolver un partido, y juega a eso tratando de no encajar goles. Hay que manejar diferentes situaciones a la hora de plantear un partido. La suerte que tiene Argentina con Leo es que tiene la carta más fuerte. Así es más fácil, cuando muchos partidos se deciden por detalles.
La Copa América había sido una competición muy débil en la que, salvo Brasil y Uruguay, Argentina se enfrentó a equipos que estaban en muy baja forma. La Copa del Mundo es otra historia, todas las selecciones ofrecen un plus a la hora de competir. Con lo que ha ofrecido hasta ahora, a Argentina no le llega. Tiene que generar más, crear más ocasiones de gol, si quiere volver a ser la candidata que era antes de empezar el Mundial.