Tras la confirmación oficial del cese de Luismi como entrenador del Pontevedra, la presidenta del club, Guadalupe Murillo, quiso exponer los motivos del cese: «Es un momento difícil en lo humano. Se han valorado muchas situaciones que hemos vivido en los últimos partidos y no quedaba más remedio que tomar la decisión en este momento», comentó la dirigente, quien también agradecer a Luismi su implicación con el club.
Las diferencias entre las expectativas que había puestas en la plantilla y la realidad que la clasificación indica es un motivo suficiente para el cese: «El equipo estaba configurada para aspirar a grandes logros y es evidente que no nos gusta lo que vemos en el campo». «En 5 años que llevo de presidenta, nunca vi un partido tan espantoso como el que jugamos contra el Atlético de Madrid B en Pasarón. Ahí se nos encienden las alarmas, al menos a mí», prosiguió Murillo.
Lupe dejó claro que no solo el entrenador debe cambiar, también la actitud de los jugadores: «Me entristece ver los primeros minutos de algunos partidos; la falta de actitud de los que están en el campo. Exijo mucho más a nuestros jugadores. En este momento no veo buen juego ni he visto resultados».
La presidenta del Pontevedra reconoció que «sufre» con el rumbo actual del equipo, pero pidió también el apoyo de todos porque «si no los apoyamos, va a ser complicado que salgamos de esta situación», matizó.
En cuanto al relevo en el puesto de entrenador, Murillo añadió que «a día de hoy prefiero tener resultados, aunque juguemos fatal». Sin definir un perfil de entrenador al que se está buscando la presidenta sí dio unos trazos : «No va a ser fácil encontrar lo que buscamos. Queremos un cambio en casi todo. Queremos a alguien que conozca la categoría y que tenga capacidad para resolver situaciones de este tipo».
Para terminar, Lupe Murillo tuvo un mensaje de optimismo: «Por nuestra parte seguimos pensando que sí se puede. Hay tiempo para recomponer esto».