El Antonio Alonso protagoniza la única ofrenda del Carmen

xacobe lamas DATA / LA VOZ

MARÍN

El navío zarpó hacia las seis de la tarde casi vacío
El navío zarpó hacia las seis de la tarde casi vacío CAPOTILLO

17 jul 2020 . Actualizado a las 00:25 h.

«Descafeinado e atípico». Así es como Pascual Martínez, presidente de la cofradía de la Virgen del Carmen de Marín se refirió a la ofrenda de este año que, por motivo de las restricciones sanitarias, tuvo que ser mucho más comedida que en anteriores.

De hecho, si no llega a ser por él y por Antonio Alonso, patrón del único barco -que lleva su mismo nombre- que salió a dejar la ofrenda, no habría tenido lugar ningún acto. «Todos los años salgo acompañado. Pero este año he tenido que hacerlo solo», explica Alonso. Fue él quien tomó la iniciativa cuando otros barcos no lo hicieron. «Yo lo hago por devoción, porque me gusta. Y pensé que este año, a pesar de todo, había que intentar hacer algo».

El Concello de Marín no puso pegas, siempre y cuando no se produjesen concentraciones de gente. De este modo, cuando otros años el navío iba lleno de vecinos de la villa, en esta ocasión viajaban solo una docena de personas.

Menos gente y menos ofrendas florales. «Outros anos, ás seis da mañá, cando comezamos a preparar o barco, xa o temos cheo de flores. 400 ramos tranquilamente. Pero este ano, xa ves...» comenta Pascual, mientras sube a bordo poco más que una decena. Y no solo en la ofrenda participó menos gente. En la misa central del día del Carmen, celebrada por la mañana, Pascual calcula que habría solo unas 300 personas debido a las limitaciones de aforo, cuando habitualmente acuden unas 2.000.

Un año muy diferente

David Mohedano, párroco de Santa María del Puerto, ofició el reposo por las personas que perdieron la vida en el mar. «La gente agradece que al menos un barco pueda zarpar, aunque ellos no puedan subir. Quedan más tranquilos», refiere. También nos comenta que, a pesar de que la afluencia a la misa fue menor, la gente estaba «más emocionada» que de costumbre.

Este año, todo cambia. Incluso la imagen que salió a navegar no fue la misma de siempre. «Sacamos la virgen antigua, que es más pequeña y más fácil de transportar. Tiene un cierto simbolismo. Es la que se usó toda la vida, hasta que en el 54 se sustituyó por una nueva, la actual», explica Mohedano.

Pero aunque no se permiten grandes afluencias de gente, algunas personas sí han podido subir al Antonio Alonso.

Es el caso de Paula Gontán: «Me enteré de que saldría como todos los años y quise traer un ramo. Ya que estaba aquí, nos dejaron subir a mi marido y a mí». Paula lleva más de 20 años participando en la ofrenda de la Virgen del Carmen, desde la pérdida de su padre. Curiosamente, este será el primer año que lo haga a bordo de la nave.

Aunque estaba previsto que el Antonio Alonso saliese del puerto hacia las cinco de la tarde, la partida tuvo que retrasarse una hora por los preparativos. A las seis el barco zarpó rumbo al centro de la ría, donde se ofició una ceremonia discreta y se depositaron los ramos en el mar. Mohedano ofició la misa y el padrenuestro en una cubierta mucho más vacía que de costumbre.

Este fue el único barco que zarpó en la ría este año, pues tampoco lo hizo ninguno de Bueu.