La disputa por un camino vecinal desemboca en una condena de cárcel

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

«Se cree el dueño de todo el pueblo», aseguran quienes conocen al acusado, quien asumió ayer dos años de prisión

07 feb 2019 . Actualizado a las 08:00 h.

Lindes, marcos y viales de paso son la santísima trinidad de los conflictos vecinales en el rural pontevedrés. En ocasiones, las disputas no van más allá de un cruce de insultos y amenazas, pero, en otras, las discrepancias se saldan con agresiones, en ocasiones, mortales.

No tuvo este fatal desenlace la ocurrida el 12 de agosto del 2017 en el municipio de Cotobade, pero poco le faltó, a decir del hijo y la abogada de la víctima. «Unos centímetros más abajo y mi padre no estaría aquí», aseguró el primero, circunstancia que explica que, inicialmente, la acusación particular impulsara una imputación de homicidio en grado de tentativa en el juicio que se celebró este miércoles en A Parda.

En la misma, un vecino de este concello se sentó en el banquillo como autor de la agresión que tuvo lugar a primera hora de la tarde del 12 de agosto. Ese día, el encausado, de 80 años y que hasta ahora carecía de antecedentes penales, golpeó a la víctima con un palo grueso de más de un metro de longitud que portaba tanto en el costado como en la cabeza causándole, entre otras lesiones, un traumatismo craneoencefálico, una herida contusa en la región parietal derecha y la fractura del arco anterior de las novena y décima costillas izquierdas.

«Se cree el dueño del pueblo», aseguraron los que le conocen al término de la sesión. Relataron que el incidente tiene como trasfondo un camino público en el que se encontraba el denunciante y que el encausado «considera que es privado, que es suyo».

Como consecuencia de los golpes, el herido, que tiene unos 70 años, requirió de una primera asistencia consistente en un tratamiento quirúrgico de limpieza y sutura de la herida parietal. De igual modo, requirió de internamiento hospitalario tardando en curar 31 días, de los cuales tres fueron considerados como de perjuicio grave, nueve de perjuicio moderado y los restantes de perjuicio básico.

El fiscal, en todo caso, sostuvo que la intención del acusado no era acabar con la vida de su vecino, con el que ya había tenido sus más y sus menos en el pasado, a decir de los asistentes al juicio, sino menoscabar su integridad física. Finalmente, la vista oral se resolvió por un acuerdo de conformidad, en el que el sospechoso se declaró autor de un delito de lesiones con uso de instrumento peligroso y el fiscal rebajó sus pretensiones de pena de tres años y medio a dos años de prisión, pena a la que se adhirió la acusación particular y que aceptaron el encausado y su abogada.

Pago de indemnizaciones

De igual modo, se tuvo muy presente el hecho de que este hubiera consignado ya quinientos euros de la indemnización, que asciende a 4.024 euros. Se comprometió a abonar la cantidad restante en diecisiete plazos, circunstancia que sumada a la ausencia de antecedentes penales determinó que el juez decretase la suspensión de la pena de prisión.