Alfajores argentinos con su punto pontevedrés

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Silvia y Mercedes tienen entre manos un proyecto para disfrutar de la comida y a la vez cuidarse

06 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Silvia Masserati (Buenos Aires, 1964) y Mercedes Murga (Buenos Aires, 1994) eran, hasta el mes de marzo de este 2021 pandémico, madre e hija. Ahora también lo son. Pero, desde esa fecha, además de su vínculo natural, tienen otro contractual: son socias en un negocio llamado Vía Nai —el nombre, bien inspirador, sale de unir las iniciales de varias mujeres de su familia—. Se supone que es fácil contar lo que hacen. Abrieron un espacio gastronómico en el que tanto imparten talleres de cocina como confeccionan platos para el servicio a domicilio. Pero definirlo así es quedarse muy corto. Resulta mucho mejor que Mercedes, la hija, lo resuma: «Quisimos crear un espacio en el que disfrutar de la cocina y de la comida pero, a la vez, cuidándonos. Queremos mimar tanto la salud mental, disfrutando de lo que comemos, como la física, siendo conscientes de lo que llevamos a la boca y combinándolo con ejercicio y con una dieta saludable». Todo ello, aderezado con muchas dosis de trabajo e ilusión, es Vía Nai, que se ubica en una callejuela del casco histórico de Pontevedra.

Vayamos al pasado para entender el presente. Silvia, la madre, vivía en la Argentina en la que ya se barruntaba el corralito cuando, junto a su marido, decidieron cumplir el sueño que tantas veces habían planeado: venirse a España. Aterrizaron en el país en el 2002, después de que a él le convalidasen su título de médico. Ella, Silvia, dejó atrás su oficio de profesora de educación especial. Y, con todo su currículo sobre la mesa, logró que en España se reconociese su título de técnica dietista. A partir de ahí, ya afincados en Pontevedra, la ciudad donde criaron a sus hijas, Silvia comenzó a dar cursos de cocina a niños y mayores. Les enseñaba a hacer la pizza italiana de sus ancestros —su apellido delata su ascendencia italiana— y con cada receta amasaba también su morriña. De hecho, su añoranza se fue traduciendo en enseñar a los alumnos a hacer las empanadillas típicas de su país y, cómo no, los alfajores. Pero de estos hablaremos más tarde.

En el 2020, cuando su hija Mercedes acababa de formarse como interiorista y tras haber hecho también la carrera de Administración y Dirección de Empresas, Silvia sintió que podía tener en ella una cómplice para su sueño empresarial. Y sí, madre e hija empezaron a preparar un espacio gastronómico. Se dieron de alta como autónomas el 6 de marzo del 2020... solo unas jornadas antes de que el covid le pusiese el cerrojo a nuestras vidas. Ellas se lo tomaron mejor de lo esperado: «Nos gusta verle siempre lo bueno a las cosas y pensamos que era una oportunidad para preparar mejor el proyecto. Le dimos vueltas a todo», dicen.

Desde el casco histórico

No fue hasta el 2021 cuando, con la pandemia dando pequeñas treguas, Vía Nai se convirtió ya en una realidad en el casco histórico de Pontevedra. Ahí, como hormiguitas trabajadoras pero a la vez como cigarras cantarinas, madre e hija comenzaron a hacer talleres de cocina y, también, a elaborar recetas para el servicio a domicilio. Nuevamente, Mercedes tiene una frase exquisita para definir su labor: «Siento que esto es como darle al mundo un poquito de mi madre». Casi nada.

La receta, durante los meses que llevan trabajando juntas, es tratar de poner lo mejor de cada una en lo que hacen. Dicen que «saben de qué pie cojean», lo cual es bueno cuando las discusiones, siempre necesarias, afloran. Silvia sorprendió a su madre con su perfeccionismo. Y Mercedes deja cada día perpleja a su hija con su carácter afable y la dedicación que le pone a cada plato.

¿Su especialidad? Muchas. Pero ellas se decantan por hablar de los alfajores. Como buenas argentinas de cuna que son, respetan la tradición de uno de los postres típicos de su tierra. Pero, ojo. Le han dado un toque que ellas sienten más gallego. La masa, tradicionalmente con harina de trigo, va sin gluten —con harina de arroz y almendra— y el relleno tradicional de dulce de leche a veces lo cambian por crema de chocolate. Y tan ricos; alfajores con punto pontevedrés.