Carmelo Gómez: «Lorca fue oráculo de sí mismo»

PONTEVEDRA

Sergio Parra

Acompañado por el piano de Mikhail Studyonov, puso en escena esta noche «A vueltas con Lorca»

15 nov 2021 . Actualizado a las 18:46 h.

«Es una nueva versión de lo que todos conocíamos, que es Federico García Lorca. Es una versión humanizada porque ya no es solo literatura, es un poeta que escribe para el hombre, por el hombre, para la libertad, de los grandes temas». Carmelo Gómez define con estas palabras A vueltas con Lorca, el espectáculo que lo trae este sábado al Pazo da Cultura (21 horas, entradas en Ataquilla.com) en el marco del ciclo Ponteatro.

—¿Cómo definiría a Lorca?

—Fue alguien único cien por cien. Al margen de lo anterior, tiene un mundo espiritual. Creo que es como un paraguas, con una parte, lo espiritual, y con otra, lo telúrico, y si se abre el paraguas, estamos protegidos. Esta es la novedad. Voy a decir versos, prosas, retazos de aquí y de allá de toda la obra de Lorca para encontrar que él fue oráculo de sí mismo. Llegó a escribir prácticamente su biografía escribiendo personajes a lo largo de su vida, incluida, la muerte. Es un viaje de amor y muerte lo que vamos a encontrar en Pontevedra.

SERGIO PARRA

—¿Qué es lo más complejo a la hora de expresar este sentido vital de Lorca?

—Lo más complicado es el conocimiento previo. Lorca, como todos los grandes, necesitan un previo conocimiento de su cosmología o de su cosmogonía, de sus símbolos, porque está plagado de símbolos, inclusive Poeta en Nueva York. Sin ese previo conocimiento es muy difícil abrir las puertas a los enigmas que plantea. Ese es un poco el trabajo que hago yo como rapsoda. No me gusta ser actor, me gusta cada vez menos la palabra y utilizo cualquier cosa que se le parezca. Realmente, es alguien que transmite esa pasión vital, esa necesidad de comunicación que tenía Federico y lo hace las cuatro o cinco claves que tiene, no cada poema, pero sí todo su desarrollo poético. Una vez eso lo sabes es como entrar en una catedral gótica. Si sabes las cuatro claves, disfrutas como un animal de la catedral, pero si no las conoces, simplemente es un edificio extraordinario.

—Tal vez, por una parte de la sociedad, Federico García Lorca está demasiado idealizado y aquí se le da una patina más de hombre, de persona.

—Claro. Idealizados o, mejor, literalizados están todos los poetas y todos los grandes escritores. Con Shakespeare, de haber vivido en estos tiempos y andar con un bastón por ahí, tendríamos una relación humana con él. Pero al ser, como Cervantes, un personaje que aparece en los cuadros y está siempre quieto, tenemos la percepción de una cosa lejana y de museo. Tenemos que quitarle esa patina de museo para dar a entender al público que escribieron hombres para hombres, y para gente como nosotros. Y si son clásicos, es porque lo que contaron es universal. Hoy se podría implementar a cualquiera de nosotros. Creo que Federico ha sido tratado siempre de una manera muy sesgada. Lo que más me duele es que se le ha llamado «el poeta andaluz del drama rural» y no hay nada de eso. Todos sus personajes pueden ser de Andalucía, no digo que no, pero no son arquetipos, son tipologías, son tipos de personas, de oficios, de perseguidos, de pobres, de ricos... Y todo eso lleva a su obra a una abstracción tal que parece que es tragedia. Ese es el trabajo de humanización que nosotros hacemos.

—Tal es su universalidad que vino a Galicia y escribió poemas en gallego.

—Exacto. Se fue unos pocos días a Galicia, convivió con poetas y captó el espíritu de la tierra. Es algo que me parece alucinante. Era un hombre de una empatía extraordinaria. Tante empatía tiene que nos dura hasta ahora.

—A pesar de que algunos quieren falsear su historia, sobre todo, en redes sociales.

—Siempre hay eso. Siempre hay malditos. Qué le vamos a hacer. Estamos hablando de una persona que jamás se metió con nadie y a la que mataron por un craso error absurdo de unos animales de bellota. ¿Qué sentido tiene si él jamás hizo alegato alguno de absolutamente nada mas que de los pobres, de los negros, de los gitanos, de las criadas... de la gente desfavorecida? Tenía una sensibilidad muy grande y veía donde la sociedad en su momento tenía que desarrollarse. Me parece muy bien que apostase por eso, pero, desde luego, sin ideología política