Ravachol viste del puente de O Burgo

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Gus de la Paz

Esta vez, el loro barre para casa y se hace eco de una de las obras de las que más se habla en Pontevedra

24 feb 2020 . Actualizado a las 21:39 h.

Un loro que tomó su nombre de de un anarquista y revolucionario francés tiene que ser un loro que dé guerra. Y por eso Ravachol, símbolo de Pontevedra durante el carnaval y antes y después de él, jamás de los jamases falla. Año tras año, ayudado por la Asociación Recriativa de Xeve, se viste guerrero para dar caña durante el entroido y morir luego incinerado cuando la fiesta toca a su fin. El año pasado Ravachol se puso la camiseta morada y luchó por el feminismo. ¿De qué va este año? Ayer, en un acto celebrado en la Peregrina al anochecer, se vistió de puente de O Burgo. Tal cual. Lleva una especie de chaleco reflectante y debajo suya luche la famosa y polémica barandilla que le han puesto al remodelado viaducto. «Vai de baranda», se gritó por todo lo alto.

Que la famosa obra del puente de O Burgo da que hablar es algo que se detecta desde hace meses. Pero el carnaval ha servido de termómetro para ver de qué manera ha calado esa remodelación en la ciudadanía. Así, en el desfile del sábado se hizo con el premio a la mejor facha y el galardón extraordinario Ravachol 2020 El puente de las galaxias, del grupo Vamos a Todo, que hacía una irreverente parodia de la obra en el viaducto. Por si con eso fuese poco, ayer Ravachol también decidió poner el acento sobre la obra que le ha cambiado la cara y la barandilla al emblemático puente pontevedrés.

Como manda la tradición, la música de gaitas y la solemnidad acompañaron ayer la vestimenta del Ravachol, que fue seguida por numerosos vecinos que se acercaron a la Peregrina. Allí, como cada año, se reprodujo la botica de Perfecto Feijoo, que fue el lugar donde realmente vivió el querido Ravachol. De repente, el animal apareció en su enorme pedestal, con las plumas de colores y su esbelta figura. Conforme le colocaron el chaleco reflectante ya hubo quien se olió que la cosa iba de obras. Luego, al ver la barandilla, nadie tuvo dudas: «O loro vai da ponte», se escuchaba decir. El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, esbozó una sonrisa al ver la vestimenta.

Luego, tocó hacerse retratos y empezar a contar las horas. El gran día de Ravachol será el sábado, cuando se vele e incinere.