Ahora solo falta que la ministra Ana Pastor y el presidente Mariano Rajoy se sumen al coro de voces del Partido Popular a favor de la permanencia de Ence en Lourizán

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El guion se cumple con minuciosidad. De modo sucesivo, calculado y mediante un goteo escalonado de declaraciones, diferentes cargos públicos del Partido Popular se han ido sumando al nuevo discurso del PP sobre Ence.

Moreira, Louzán, Ethel Vázquez, Rueda, Feijoo? Es cuestión de días que se incorporen la ministra Pastor y el presidente Rajoy para tener el pleno.

El partido político que gobierna en España, también en Galicia, que detenta la Diputación provincial y que aspira a descolgar a Lores y recuperar después de 16 años la alcaldía de Pontevedra, ha decidido apostar por la continuidad de la pastera en el asentamiento en el que permanece desde 1959. El discurso anterior, que planteaba el traslado con horizonte 2018 ya no colaba ni vendía. Aunque por momentos funcionó y dio réditos electorales al PP.

En estos tres últimos lustros, el Partido Popular ha hecho un eslalon ideológico con este asunto.

Con Fraga hizo apostolado para que Ence se consolidase en Lourizán con aquel frustrado proyecto en alianza con la papelera Georgia Pacific.

Llegó Feijoo y el PP cayó de aquel caballo para abrazar, como el nuevo converso, la fe del traslado con fecha tope en el 2018.

Y ahora, mientras sigue Feijoo y su futuro está a expensas de lo que pase con Rajoy, el PP se reconvierte y vuelve a profesar por el mantenimiento de la celulosa.

Una de las cuestiones más llamativas de este zigzagueante periplo es el papel influyente que han tenido los dos últimos candidatos de ese partido a la alcaldía de Pontevedra. O que aparentemente se les ha concedido.

Telmo Martín fue el pionero que puso en circulación en el 2007, en su primer asalto a la alcaldía, la revolucionaria tesis de posicionar al PP por el traslado de Ence, alineándose con el PSOE y con el Bloque para arrebatarles un discurso que hasta entonces les era exclusivo.

A Telmo, probablemente, le sirvió para rozar su objetivo, pues se quedó a medio millar de votos de la mayoría absoluta. En su segunda tentativa, en el 2011 ya no le carburó tanto pese a que endureció sus manifestaciones contra la empresa a la que llegó a acusar de que «no le interesan ni Pontevedra ni el empleo». Y llegó a proponer Marcón como emplazamiento alternativo para reubicarla.

A Feijoo, en cambio, le funcionó y resultó más rentable aquel discurso por el pretendido traslado. Se abonó a él en el 2008. Se empleó a fondo, acusando al bipartito de Touriño y Quintana de un «triple engaño con el traslado de Ence» y prometía una ubicación alternativa.

En sus victorias con mayoría absoluta en los comicios autonómicos del 2009, primero, y después en el 2012, su carrera a la presidencia de la Xunta se apoyó, en esta circunscripción -por la que se presentó las dos veces- en reiteradas declaraciones por el «traslado irrenunciable».

Linea infranqueable

Los años han transcurrido y la credibilidad de aquella supuesta línea infranqueable se fue agujereando hasta desfondarse. Y las circunstancias económicas y sociales del país han contribuido a abonar el siguiente volantazo.

De nuevo ha sido el candidato a la alcaldía de Pontevedra, quien ha lanzado la nueva estrategia sobre Ence. Como Telmo hace ocho años, ahora fue Jacobo Moreira. Aparece como el impulsor de un nuevo argumentario que apuesta por la continuidad como un mal menor en tiempos de crisis. Se trata de predisponer como evidente y necesaria, la presumible concesión de una prórroga por 75 años más de cuya tramitación se encargarán la Xunta de Galicia y el Gobierno de la nación.

Con este diametral cambio de discurso, el PP se juega mucho. La cuestión a dilucidarse sucesivamente en los comicios municipales de mayo; en las generales de noviembre y en las elecciones gallegas de 2016, será conocer si le funcionará.

La pregunta final sería: ¿Le comprará el electorado esta nueva propuesta que se desdice radicalmente de los discursos de hace 4 y 8 años?