Un teleco en la ciudad de la luz

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

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Juan Virel es responsable de la filial francesa de la firma gallega Televés

11 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Llegó a la capital francesa en octubre del 2009 y lo recibió el crudo invierno parisino. «Nada que ver con nuestras Rías Baixas», asegura Juan Virel, responsable de la filial francesa de la empresa Televés.

Es una tierra que ya conocía de antes, de su época estudiantil. Mientras cursaba Telecomunicaciones en Vigo, este pontevedrés tuvo la oportunidad de estar año y medio en una universidad de la Bretaña. Tras terminar los estudios y «pasar por distintos trabajos», le surgió la oportunidad: «No me lo pensé mucho y acepté el puesto encantado, ya que ha sido una buenísima oportunidad laboral y personal».

Prueba de ello es que, apenas tres meses más tarde, la que hoy es su mujer y «madre de mi hijo Sergio, parisino» decidió seguirlo en su aventura.

Tanto Juan como Paula se han adaptado a un estilo de vida nuevo, donde «la gastronomía merece una atención especial». Y es que, «aparte de platos fantásticos, tienen una oferta variadísima. Es el caso de las fromageries, donde un atento quesero te aconsejará elegir entre la enorme variedad existente».

No es de extrañar que ambos se hayan «apropiado» del fervor que el francés siente por sus quesos. Eso sí, en el caso de Juan, lo suele acompañar de unas lonchas de jamón ibérico, que «me traigo de contrabando», y un poco de foie gras.

Pero París también ha significado largas jornadas de trabajo para este pontevedrés, que suele llegar a casa «justo para darle el baño a mi hijo que tiene 4 meses». Y es que, por el puesto que ocupa, tiene que compaginar días de oficina con viajes a lo largo y ancho de Francia para mantener entrevistas con los clientes que su empresa tiene repartidos por todo el país.

Menos mal que en esto cuenta con un aliado: el TGV o tren de alta velocidad. Una comodidad que le permite trabajar con el ordenador mientras viaja, pero con el inconveniente de una de las cosas que más le chocó cuando aterrizó en París. «La frecuencia de las huelgas. Si no estás atento a las noticias te puedes encontrar bloqueado en plena hora punta con un tren de cada cuatro que funciona. Aunque el parisino protesta por esto, está acostumbrado, cosa a la que nunca llegaré yo». Tal vez por ello, dice, «contamos con volver algún día a Pontevedra».