Un bajón de hasta 35.000 votos socialistas privaría al BNG de su escaño
23 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El PP va a por el quinto diputado en la provincia. O ese es el mensaje que se ha encargado de transmitir el partido, aunque en privado algunos dirigentes reconocen que la pelea no se librará en ese frente. La verdadera batalla en la provincia es otra. Y responde a quién será el damnificado por el cuarto escaño para el PP, que llevará al presidente local del partido, Telmo Martín, al Congreso de los diputados.
El PSOE provincial ha librado una intensa lucha con la dirección gallega para imponer su autonomía en la creación de las listas. Y aspiran a salvar los muebles para sentar en Madrid a Carmela Silva, el pontevedrés Guillermo Meijón y a Manuel Vázquez, alcalde de A Illa. Supondría revalidar el número de diputados logrados en el 2008 y en el 2004, buenos tiempos para el socialismo que permitieron sostener los gobiernos de Rodríguez Zapatero en Madrid. Ahora, con un Partido Popular navegando a favor de corriente, la mejora de los resultados se da por sentada para el PP. Pero el PSOE pueden salir ganando con el descalabro electoral.
Ahora populares y socialistas tienen igual número de escaños: tres cada un por un único asiento en Madrid para los nacionalistas. En los mentideros políticos de la ciudad se apunta a que el BNG baraja ya encuestas que le arrebatan su única represente por la provincia, Olaia Fernández Davila. Y es que una pérdida del PSOE de entre quince mil y treinta y cinco mil votos en favor del PP permitiría a los socialistas quedarse con los tres escaños actuales y que el PP rentabilice la pérdida del BNG, que se quedaría sin representación por la provincia.
Apenas varió
Son las cosas que tiene la ley D?Hondt, por la que se calcula el reparto de escaños por cada circunscripción electoral. Los votantes nacionalistas en las generales se mantiene tradicionalmente fieles a las siglas. Tanto que la diferencia en las dos últimas convocatorias electorales generales la cifra apenas varió: 70.735 votos en el 2008 y 70.763 en el 2004. Un escenario similar tras el recuento del 20 de noviembre privaría al BNG de su representante.
Pero en el PSOE aún no respiran aliviados e insisten en depender de sí mismos. Darán la batalla hasta el final. Y cuentan con resistir en Vigo, uno de los pocos bastiones socialistas en la España urbana, y mejorar los resultados obtenidos en Pontevedra en las municipales hasta situar el apoyo en niveles similares a los de otros comicios generales. El trabajo se está haciendo a todos los niveles. Hasta el punto de que militantes de base en la ciudad están recibiendo llamadas en sus móviles o domicilios desde las oficinas de la calle Ferraz de Madrid para pedirles implicación en la campaña. El PSOE ve además de reojo como el desencanto de las bases socialistas se puede diluir entre otras diez formaciones menores que se presentan en la provincia de Pontevedra, algunas de ellas, como Equo, cuya aceptación resulta complicada de calibrar en un escenario de desencanto con los partidos tradicionales como el actual.
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