La fuente de A Ferrería revive

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

El surtidor que preside los jardines de San Francisco y que será restaurado por el Ayuntamiento data de 1928 y Castelao colaboró en el proyecto de recuperación

19 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Una carpa de lona cubre ya la fuente de A Ferrería para proceder a su restauración. Según anunció la concejala del Centro Histórico, Teresa Casal, será la más exhaustiva a la que será sometido el surtidor desde su reconstrucción en su actual emplazamiento de los jardines de Casto Sampedro en el año 1928 a manos de la Sociedad Arqueológica.

¿Cúales son los orígenes de esta fuente? El historiador Xosé Fortes Bouzán nos remonta al siglo XVI, cuando Pontevedra se fue convirtiendo «en la ciudad más dinámica, rica y populosa de Galicia, alcanzando un esplendor que se tradujo en numerosas actuaciones urbanísticas y obras civiles». Una de ellas fue la traída de aguas desde los manantiales de Moldes, coronada con la monumental fuente de A Ferrería, «que no solo palió la escasez de agua, especialmente acusada en los veranos, sino que se convirtió en uno de los símbolos de la villa», a boa vila que dá de beber a quen pasa.

Explica Fortes en su libro Pontevedra en el Espejo del Tiempo, que Ambrosio de Morales llegó a afirmar que «en grandeza de fábrica y dorados», podía competir con las de Córdoba.

Para acometer las obras de la traída desde los manantiales de Moldes, el Concejo hubo de hacer frente a numerosas dificultades legales, económicas y técnicas. Y a pesar de todo, se hicieron a buen ritmo y se calcula que el tendido debió de terminarse en 1554, fecha en la que se subastan las fuentes de A Ferrería y la de Santo Domingo.

Según los datos recabados por el historiador pontevedrés, la traza de los chafarises fue obra de Juan López, vecino de Porto (Portugal), «a quien el profesor Filgueira Valverde identificó como el autor de las fuentes de Caminha y Viana, tomadas como modelo».

La fuente de A Ferrería habría de ser «de la marca, tamaño, altor y con las perfecciones y hechura que el tiene el chafarís principal que está en la plaza de la villa de Caminha», según un acuerdo del Concejo.

La ejecución fue adjudicada en pública subasta a Domingo Fontán, que había realizado las obras de la traída y trabajaba por aquellas fechas en las bóvedas de Santa María. Pero murió antes de ver terminada su obra, rematada por otros oficiales.

La fuente original se instaló frente a los soportales del sur de A Ferrería y hubo que expropiar un edificio de los Soutomaior, permutado por una parcela de Monte do Boi.

De la de Santo Domingo apenas hay documentación. Se cree que fue terminada después de 1574 y al parecer no quedó a gusto de los regidores pontevedreses por no ajustarse a las cláusulas del contrato.

Fortes recoge que para conservar la fuente de A Ferrería, el Concejo estableció convenios con especialistas y cita como primer fontanero conocido a Francisco Gonçalves, al que en 1597 se le asigna el salario de 6.000 maravedíes anuales.

También cita numerosas actas y bandos prohibiendo que se lavaran en la fuente ropas y tripas de animales, así como que bebieran las caballerizas, para lo que llegó a rodearse el pilón de un círculo de protección de cuatro entradas y a construirse una especie de abrevadero.

Recuperación

La fuente primitiva fue al parecer objeto de diversas restauraciones, tanto de los caños como del pilón y otras piezas, hasta que en 1858 fue sustituida por otra más modesta en el atrio de la Peregrina.

En 1928 la vieja fuente, muchas de cuyas piezas se conservaban en las Ruinas de Santo Domingo, volvió a la Ferrería, instalándose en el centro de los jardines de San Francisco. Los trabajos fueron dirigidos por el arquitecto Salgado y colaboraron varios artistas en su reconstrucción, entre ellos Castelao, que hizo varios bocetos.