Ayer se celebró la segunda edición de la Xornada de Campás e Campaneiros en Ínsua, Ponte Caldelas, de la mano de expertos de diferentes zonas y lugares
14 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Existen innumerables elementos en peligro de extinción. Mucho de ellos ligados a la tradición y al paso del tiempo. En una época en la que la tecnología avanza a pasos de gigante, se va dejando atrás una riqueza cultural importante.
Este es el caso del sonido de las campanas de muchos santuarios, que poco a poco se han ido automatizando. Ante esta situación, el grupo de música Os Chichisos celebró ayer la segunda edición de la Xornada das Campás e Campaneriros. El objetivo de esta actividad es dar a conocer este patrimonio sonoro a todos los vecinos y visitantes de Ínsua, Ponte Caldelas.
Poco más tarde de las 17 horas en la iglesia parroquial dio comienzo la demostración de las señales y toques a cargo de Elías Darriba, Juan Manuel Darriba y Juan Carlos Pereira. Cada «llamada» tiene sus propias características que lo distinguen de los demás y cada vez «son menos las personas que son capaces de distinguirlos», lamentan desde la organización del evento.
Este viaje sonoro pasó por la «llamada a difunto, a procesión, a misa y al alba», tal y como explicó Elías Darriba. Las posibilidades son múltiples. «No es lo mismo el toque a difunto cuando es un hombre, una mujer o un recién nacido». En el primero de los casos «se toca tres veces de manera espaciada», si es una mujer son «dos veces» y si es un bebé se hace «un repinique de las dos campanas más pequeñas». Si de lo que se trata es de anunciar una procesión «suenan cuatro campanas».
Este hombre lleva alrededor de veinte años dedicándose a este oficio. Su hijo lo acompañaba ayer en el campanario para la demostración. A él le ha enseñado todo lo que sabe que lo aprendió «hace ya muchos años» de un antiguo campanero. Después de su muerte Elías Darriba ocupó su lugar.
Variedad
Dependiendo de la zona en la que uno se encuentre puede escuchar repicar las campanas con diferentes matices. En la iglesia parroquial de Ínsua se reunieron ayer un total de «once campaneros», según afirmó el párroco del lugar. A pesar de provenir de lugares tan diferentes como Benavente, Barro o Arcade los toques han sonado de manera «muy similar», aseguró la voz de la experiencia.
Para recoger este legado sonoro se encontraba allí un colectivo encargado de grabar todas las señales tocadas por los expertos. De esta manera, el patrimonio de la cultura gallega pervivirá más allá de la memoria a corto plazo. A su vez, este archivo formará parte de un estudio y se le dará difusión a través de la página web www.escoitar.org
La acogida de este evento ha sido «buenísima» y el día acompañó a la ocasión. Para esta jornada también estaban programadas más actividades como han sido la del concierto Campás, gaitas e fogetes a cargo del grupo Os Chichisos. Posteriormente los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar los repiques de diferentes zonas para ver como «efectivamente» tan solo se diferenciaban en pequeños matices. Por último, el campanario estuvo abierto para los propios participantes inscritos en las jornadas quienes pudieron practicar con las campanas.