Praza da Ferrería Caixanova instaló ayer la máquina en su lugar original, que ahora está coronado con la escultura de Cándido Pazos
18 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Mide seis metros, pesa 2.000 kilos y está anclado al templete del reloj de la sede de Caixanova por un espigo de acero de tan sólo cinco centímetros. Cándido Pazos, el autor del Teucro que ahora es el símbolo del edificio y, para la entidad, también de la ciudad, destaca que este espigo sobresale de la peana de la escultura en 25 centímetros, y por eso da la sensación de estar en el vacío. Pero es más, se moverá en los días de fuerte viento. «Ahí está lo difícil en una escultura -señala el creador-. Sabes que hay algo extraño, no sabes lo que te llama la atención y en este caso concreto es que la figura está flotando en el aire». Para Pazos, el resultado final de la escultura «mejora las expectativas que tenía» y reconoce que barajó más de una treintena de bocetos de Teucro antes de decidirse por el que ahora está en Caixanova. «Primero lo ideé con casco, pero parecía demasiado bélico, luego con falda y definitivamente decidimos éste, desnudo, con una expresión de haber llegado», comenta. Como saben, la leyenda dice que Teucro fundó Helenes (Pontevedra) después de seguir en su exilio a una sirena hasta esta Ría. Por cierto que el mítico arquero ya pisa el emblemático reloj del edificio de la plaza de San José, que Caixanova ha rehabilitado y devuelto a su templete original. Poco a poco, la entidad ultima los detalles de su nueva sede.