Los aparejadores esperan que su nueva sede sea un símbolo en la ciudad

María Conde PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

X.C.G.

El Café Moderno expone los proyectos finalistas para el futuro local del Colegio El edificio, que se abrirá en el 2004, contará con sala de exposiciones y biblioteca

02 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

A Desde ayer, los pontevedreses pueden hacerse una idea de la espectacular restauración que acometerá el Colegio de Aparejadores en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el que preside la Plaza del Muelle (situado junto al Parador), que se convertirá en un plazo de dos años en la futura sede de la entidad. Tanto la propuesta ganadora del concurso de ideas para realizar la rehabilitación, a cargo de Celestino García Brañas, como las de los otros tres finalistas, aportadas por los arquitectos Gonzalo de Pedro Quijano, Alfredo Freixedo Alemparte y José Martiñán Soler, se muestran ahora en una exposición organizada por el propio Colegio y que se exhíbe hasta el próximo día 15 en las instalaciones del Café Moderno de la Fundación Caixa Galicia. Aunque conservará su aspecto exterior prácticamente intacto, el diseño del arquitecto García Brañas apuesta por un interior casi diáfano, donde los espacios están abiertos y desde las estancias se puede contemplar un espectacular techo en forma de bóveda invertida, donde los focos simularán un aspecto estrellado. El edificio contará con una sala de exposiciones abierta al público, biblioteca y un salón de actos, además de las dependencias destinadas a despachos, sala de reuniones, archivo o atención al público. «Esperamos que sea una referencia en Pontevedra para otro tipo de restauración de edicios institucionales -señaló el presidente del Colegio, Antonio Álvarez-Ossorio-. Tenemos mucha esperanza de que sea un símbolo en la propia ciudad. Creo que elegimos bien el lugar y el edificio. Y seguro que se convertirá en un referente vanguardista, además». Álvarez-Ossorio destacó que el jurado se decantó por el diseño de Brañas después de un reñido debate. «Había diseños muy atrevidos -explicó- y otros más clásicos, pero llegamos al atrevimiento suficiente para ser realizable». El presidente espera ahora que las obras puedan comenzar a principios del próximo año y rematar en el 2004. En principio, calcula que el presupuesto a que ascenderán rondará los 1,2 millones de euros.