El actor y dramaturgo Cándido Pazó abrió la fiesta de exaltación del bivalvo en Campelo, mientras en Sanxenxo empezaron a aparecer las primeras caras conocidas
27 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.«Ay, qué buen sabor deja» «¡Ay la almeja, la almeja, la almeja, ay la almeja que buen sabor deja!», escupen los altavoces en la plaza de A Granxa, en Campelo (Poio). Tan peculiar selección musical no podía corresponder a otra cosa diferente a la Festa da Ameixa, que se abrió ayer -la fiesta, y también los bivalvos- y que no terminará hasta hoy por la noche. Aunque a primera hora no fueron demasiados los comensales que se acercaron a probar las cinco especialidades del día -almejas a la marinera, con fideos, con habas, en empanada y berberechos-, la cosa se fue animando a media que transcurría el día. Los asistentes pudieron probar, además del buen sabor del producto exaltado, el dolor que produce viajar por las curvas de la carretera local detrás de un Ford con matrícula de Madrid que va a 35 por hora. Zapatos especiales La fiesta la abrió el actor, guionista y cuentacuentos Candido Pazó , que recordó que detrás de un buen plato de almejas «están as mariscadoras, os comercializadores, os que as preparan e, finalmente, nós». Pazó contó la historia de un hombre que empleó el primer sueldo que cobró después de recolectar berberechos «nuns zapatos de bailar». «El dicía que eran tan bos que valían para foder no millo», puntualizó. El alcalde de Poio, Luciano Sobral , siguió sonriendo. La veda del marisco cocinado se abrió poco después con la actuación de la banda de Meaño. Los rezagados aún están a tiempo de acercarse y probar: la carpa de degustaciones se abrirá hoy a las doce del mediodía y a las siete y media de la tarde, para que nadie se pierda la papadela . Caras conocidas Mientras en Campelo se ponen hasta las orejas de almejas y albariño frío, muy cerca han empezado a aparecer las caras más conocidas del verano pontevedrés. Ayer se pudo ver por Sanxenxo al vicepresidente del Gobierno Mariano Rajoy , paseando con su mujer Elvira y su hijo, y descansando después del glorioso episodio del conflicto por la isla Perejil. También se acercó por el Benidorm gallego el lucense Liborio García , presentador de televisión. Y lo que nos queda...