José Luis Rivera Mallo asegura que «la auditoría es un montaje burdo y está redactada sobre datos extraídos de unos expedientes supuestamente alterados y manipulados. Su contenido lo desmonto yo en cinco minutos y me sobra tiempo». Dice también no importarle que el informe se haga público «como yo pedí reiteradamente cuando no tenía opción a defenderme por no saber de qué se me acusaba. Nada tengo que temer, mi conciencia está limpia, nada tengo que ocultar. Soy creyente y confío en Dios. De igual forma que tengo plena confianza en los tribunales de la Justicia». Se pregunta «a qué viene ahora un nuevo capítulo de descalificaciones, injurias y calumnias», y no descarta exigir responsabilidades si el juzgado decide finalmente archivar el caso.