Con los votos del domingo, el PP no tendría mayoría absoluta en ninguna ciudad gallega, donde perdería el 22 % de sus ediles
27 may 2014 . Actualizado a las 12:36 h.Más que nunca, hablaron anteayer en las urnas dos Galicias: la de las ciudades, donde la suma de fuerzas de izquierda se quedó a un tris de duplicar en apoyos al PPdeG (191.425 sufragios contra 102.865), y la otra, donde los conservadores prácticamente igualaron en papeletas a los siguientes cuatro partidos más votados: 251.878 frente a 297.919. Salvo en el caso socialista, no hubo candidatura con un balance equilibrado de avales entre ambos territorios. De hecho, a pesar de que en las siete urbes solo residen algo más de un tercio de los electores acreditados, Podemos y AGE obtuvieron allí casi la mitad de los respaldos cosechados en el conjunto de la comunidad, respectivamente, un 48,4 y un 42,6 %. Y los populares, al revés: al asfalto apenas le deben 29 de cada cien sobres.
Cuando queda un año para que se celebren los comicios municipales, las formaciones políticas analizan esta semana con lupa lo ocurrido el domingo en cada concello; sobre todo, en los más grandes, donde se van a librar las batallas que decantarán la guerra. Máxime con el factor Podemos, que todo lo distorsiona, los partidos asumen que el comportamiento del personal en los procesos europeos suele diferir del aplicado en los locales, pero toman nota. Y hacen bien. Porque lo del 25-M, trasladado tal cual a una cita para escoger alcalde, provocaría un terremoto en el actual panorama gallego.
Si ayer hubiesen tenido lugar unas elecciones municipales, con los mismos datos, los de Feijoo las habrían ganado en todas las ciudades, pero probablemente no podrían gobernar en ninguna, merced a pactos a varias bandas entre los rivales. Además, habrían perdido 19 de sus actuales 86 concejales, o sea, más de una quinta parte, con batacazos en A Coruña, Santiago, Ferrol y Vigo, un leve avance en Ourense capital y descensos asumibles tanto en Pontevedra como en Lugo.
El PSOE también se dejaría un puñado de actas (9 de 60, el 15 %) y el Bloque, una barbaridad (la mitad de las 28 con las que cuenta en este momento). En el polo opuesto, la suma de Anova e IU pasaría de 3 a 26. Y los de Pablo Iglesias, partiendo de la nada, conseguirían amasar 23.