Que entre aire o un vendaval

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

19 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Puede ser un día histórico o una frustración más. Uno de los problemas de este país es la oligarquización de los partidos, dominados férreamente por una élite que ha laminado cualquier debate interno y los ha reducido a simples maquinarias electorales, muy alejados de los intereses del pueblo. Por eso, que uno de los grandes partidos haya abierto la ventana para que entre el aire y sean los ciudadanos, no los oligarcas, quienes elijan a los candidatos es un gran paso adelante. Pero hacen falta más para que la política recupere el sentido que nunca debió haber perdido: el de ser el instrumento con el que el pueblo, todos los ciudadanos y no solo unas capas privilegiadas, se autogobierna y decide su futuro. Para que así sea es necesario airear también las instituciones. Es preciso cambiar los partidos, pero también la legislación electoral. Y, por supuesto, es urgente una renovación radical de las prácticas políticas, porque de lo contrario las nuevas normas quedarán en papel mojado. Y en ese caso en lugar de aire entrará un vendaval, el de un pueblo harto de ser ninguneado.