
Pelayo es el salón de un profesional de Xinzo que apuesta por la atención personalizada y única
30 dic 2022 . Actualizado a las 08:25 h.Se llama Isaac Pelayo, es de Xinzo de Limia y tiene 41 años. Es peluquero profesional y hace poco más de un lustro que abrió su propio salón en Ourense, concretamente en la zona del parque Barbaña, en la calle Pura y Dora Vázquez. Su espacio es conocido por el glamur con el que atiende a sus clientes, a los que engalana con una bata que es un kimono, exactamente igual al que él lleva puesto cuando les aconseja y peina. «Vamos todos vestidos igual, es algo que me encanta», comenta. «Lo más importante para mí en el negocio es reunir todas las especialidades para adaptarlas a cada cliente de forma individualizada. En mi salón primo la comunicación con él y el saber encajar las tendencias a cada uno. No a todos nos sienta bien lo mismo, aquí analizamos los rasgos y las facciones para encontrar el corte, el color y el peinado que más favorece», afirma. En la peluquería Pelayo, que así se llama el espacio, sobresale eso, el trato personalizado con cada cliente.
A Isaac desde niño le gustó todo lo relacionado con la imagen. «Me encantaba la ropa, la decoración, la arquitectura... Y en un momento dado me di cuenta de que lo mío era la peluquería», confiesa. Estudió también estética, asesoría de imagen, cocina, un máster en docencia y ahora se está sacando otro en protocolo. Este limiano estuvo una década rodando por España, trabajando en distintos salones de la firma Llongueras, hasta que decidió volver a casa y establecerse aquí. «La peluquería es un proyecto extensible de la persona y al final lo que quería era ser yo mismo y parar, volver a mi tierra. Vi que era el momento», explica Isaac. Así puso en marcha Pelayo, donde trabaja siempre con cita previa. «Lo que más nos diferencia es el sistema de trabajo, que solo atendemos a un cliente a la vez para volcarnos con él, entonces aquí nunca verás un gran volumen de gente», afirma. Cuida cada detalle estético y ahora que es Navidad, Pelayo está por completo salpicado de toques y luces dorados que llaman la atención de todos los vecinos del barrio ourensano.