El otro virus

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE CIUDAD

23 may 2020 . Actualizado a las 10:57 h.

Ahora que podemos salir a la calle después de que el confinamiento llegara a su fin, podemos descubrir el verdadero impacto del otro virus. El covid-19 nos encerró entre cuatro paredes y nos liquidó casi de un plumazo lo que se conoce como el estado de bienestar. Ahora, decía, que ya podemos salir a pasear, sentarnos en una terraza o visitar a nuestros familiares la ciudad respira. Más le está costando la desescalada a la actividad económica. Por mucho que veamos algunas terrazas llenas o los comercios abiertos, la realidad es que gran parte de las cafeterías siguen cerradas y que en la mayoría de los comercios apenas ven entrar a un puñado de clientes al día. Y es que si el covid-19 arrasó más de 150 vidas en Ourense, el virus social tendrá una factura también descomunal. Conviene no olvidarlo. Por el camino se quedarán muchos proyectos de autónomos que llevaban una parte importante de su vida dejándose la piel para levantar la persiana. Lo tenían todo enfilado para que el negocio triunfara. Incluso tenían un pequeño colchón para imprevistos, pero claro una cosa es un imprevisto y otra esto. Solo los más afortunados sobrevivirán. A muchos otros les tocará reinventarse y sacar otra vez lo mejor de sí mismos. Otros, simplemente, naufragarán y será un drama que no conviene olvidar. Lo mismo le sucederá a esas familias que vivían al límite con un pequeño sueldo que ahora ha desaparecido. La línea roja es tan delgada que mete miedo. Ellos tampoco ocuparán los minutos de los discursos grandilocuentes de los políticos, pero su historia está ahí. De ellas, ya empiezan a saber en las entidades sociales.