«Agora hai ámbitos sociais diante do deporte e hai que ter calma»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

MACEDA

TW Pablo Rodríguez

El «biker» Pablo Rodríguez pasa el confinamiento en Maceda, entrenando en casa y trabajando en la faceta social

26 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Confinado en su Maceda natal, el biker Pablo Rodríguez Guede (BH Templo Cafés), ha tenido que abandonar sus entrenamientos por pistas y carreteras en parajes naturales por el trabajo físico en gimnasio o con bicicleta en el rodillo. También aprovecha el confinamiento para dedicarse más a otra de las facetas importantes de su trabajo: dar visibilidad a su equipo y a los patrocinadores. Así que en este tiempo en casa, el corredor macedano está muy activo en las redes sociales y se suma a iniciativas benéficas que le proponen. Así, ha apoyado propuestas solidarias pedaleando por donaciones a favor de Cruz Roja, o la promovida por el patrocinador Templo Cafés para hospitales de Logroño y de Madrid. «Trato de axudar na medida do posible», apunta el ciclista.

Sin objetivos competitivos a corto o medio plazo -el calendario con la primera prueba de la Copa del Mundo o del campeonato de Europa, con citas para mayo, se canceló hace tiempo y ahora está todo suspendido- Pablo Rodríguez tiene asumido que hasta que se estabilice todo será difícil volver al circuito. «As federacións non saben que facer, preguntaron por unha data para saber cando poderemos volver a adestrar e, pola incertidume, aínda non hai nada».

Además de atender la faceta social y pública de su puesto como biker profesional, Rodríguez Guede se entrena en casa con los medios de los que dispone para mantenerse en forma. Está pasando el confinamiento en casa de sus padres en Maceda, y agradece tener un espacio más amplio y con jardín al aire libre para variar sus prácticas. Le acompaña su pareja, la también biker profesional Ane Santesteban. «Na casa non podes facer tantos quilómetros. Teño un medio ximnasio e rodillo. Fago un terzo dos quilómetros semanais que facía, adestrando de dez a doce horas por semana», cuenta sobre su plan de mantenimiento. Más cantidad y más tiempo tampoco tendría mucho sentido ahora mismo. «Non sabes o que estás preparando, isto é para non perder o traballo feito durante o inverno e por acaso isto baixa e arranca todo», opina el corredor. En todo caso, Pablo Rodríguez estima que los grandes eventos de esta temporada ya no se harán: «Hai moita incerteza, pero tamén tranquilidade porque o máis importante ao final non é o deporte senón as persoas que están enfermas».

Una de las grandes citas mundiales que se aplazó por el coronavirus fueron los Juegos Olímpicos de Tokio. Su novia, la vasca Ane Santesteban, tenía grandes opciones de lograr una de las dos plazas de la delegación española. «Ane tiña opcións máis claras ca min, pero se estaba aí pode seguir estando o ano que vén. Nós tiñamos o clasificatorio en maio na proba da Copa do Mundo de Nove Mesto. Supoño que o calendario será igual ao deste ano pero cando acabe isto manteremos reunións co seleccionador e a ver que criterios hai», comenta sobre los JJ. OO.

Sobre la posibilidad de un levantamiento parcial del confinamiento para salir a entrenar en solitario, Pablo Rodríguez prefiere ser cauto. Explica que ya hubo una solicitud de permiso y que en Italia estuvieron entrenando hasta hace poco. La medida, que sería para unos 140 ciclistas profesionales en España con un riesgo teóricamente bajo de encontrarse con nadie en carreteras solitarias, o montes como en el caso del ourensano, no fue aceptada. El macedano es responsable en este sentido y aunque en sus entrenamientos normales en Maceda estaba acostumbrado a recorrer decenas de kilómetros sin cruzarse con nadie, asume que ahora hay «ámbitos sociais que van por diante do deporte e xa estamos coa idea de que hai que ter calma». Por eso se está centrando más en la parte de su trabajo, una faceta más social y visible que pedalear.