Misionero con conciencia social que salvó a Fidel Castro

m. R. OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

TERESA CELA

La parroquia de Freixo recordó a uno de sus hijos ilustres, Enrique Pérez Serantes, que fue obispo en Cuba

02 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente a la tumba de sus padres, luce en la iglesia de Santa Cristina de Freixo la placa que recuerda la figura del prelado Enrique Pérez Serantes (1883-1968), que vivió su niñez en tierras de Celanova antes de ordenarse sacerdote en Cuba, donde llegó a ser obispo de Camagüey en 1922 y arzobispo de Santiago en 1948. Lo recordaba su biógrafo, Ignacio Uría, que escribió un libro sobre Pérez Serantes. «Nieto de agricultores, fue un misionero con una conciencia social fuerte. Habló en defensa de los trabajadores, los guajiros, y en una de sus misiones conoció a la familia de Fidel Castro», explicaba ayer Uría en Freixo. Pérez Serantes, que nunca olvidó su tierra y hablaba gallego con el padre de Castro, intercedió para que no mataran a Fidel Castro, después del asalto fracasado al cuartel de Moncada, uno de los baluartes militares de la dictadura de Batista y uno de los primeros actos de la revolución cubana.

El párroco, Antonio Gómez Rojo, destacó que su «bonhomía, bondade e servizo a todos» lo hicieron querido en Cuba. Y recordó que donó dos mil pesetas para retejar la capilla de las Neves de Freixo. Javier Casares incidió en que forma parte de la «nómina de celanoveses ilustres». El alcalde, Luis Ferro, recordó que Celanova tiene una «relación especial» con Cuba. Uría leyó una carta del actual arzobispo de Santiago, que destacó su defensa de la justicia.