Las cigüeñas sí se salvaron

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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Trabajadores de extinción en el Macizo Central en el mes de agosto
Trabajadores de extinción en el Macizo Central en el mes de agosto Santi M. Amil

Colectivos ambientalistas y Xunta reciben llamadas para ayudar a la fauna

15 sep 2025 . Actualizado a las 06:04 h.

La situación de la fauna silvestre afectada por la ola de incendios es incierta. En la Consellería de Medio Ambiente confirman que han recibido algunas llamadas de ciudadanos sobre avistamientos de animales heridos y que los agentes que recorren las zonas intentan dar con ellos, pero seguirles la pista no está siendo sencillo. «Non foi posible en todos os casos localizar ós animais obxecto da comunicación. No caso dos que si foron rescatados, están en proceso de recuperación», matizan desde la Xunta.

Pese a que en los centros de recuperación de fauna dependientes de la Administración autonómica el personal se ha mantenido de guardia para acoger a los ejemplares heridos, las llegadas han sido muy pocas. En el caso del centro ubicado en O Rodicio, en la provincia ourensana, solo recibieron algunos jabalíes.

La conselleira Ángeles Vázquez daba las gracias tanto a los trabajadores que se están volcando en la tarea de localizar heridos y repartir alimento entre los supervivientes —se han distribuido 34.000 kilos de paja y cereal en grano en las zonas verdes que quedan, donde se supone que se han refugiado los animales— como a los ciudadanos que llaman con la intención de ayudar. «Agradecemos a tódalas persoas que, dun xeito ou doutro, nos están mostrando a súa vontade para vir ao monte e facer cousas, pero o que lles pido é que, como sempre, esta labor sexa coordinada e guiada por técnicos», señaló la titular de ese departamento autonómico en su reciente visita a Beade.

También han recibido llamadas ofreciéndose a colaborar en iniciativas enfocadas a salvar a los animales en el colectivo Amigas das Cegoñas. Uno de los primeros incendios que se desbocó en Ourense fue el de Maceda y allí está ubicada una de las dos sendas de cigüeñas habilitadas en la provincia. Muchos aficionados a la ornitología temían que los nidos que cubren ese recorrido pudieran haber resultado afectados. Sin embargo, no fue así.

«Lo bueno de estas aves es que anidan en entornos urbanos o próximos a los núcleos de población. La zona de explotación agraria es, junto con los humedales, su principal foco de alimentación y los medios de extinción suelen centrarse en proteger los pueblos así que es difícil que un fuego alcance un nido», dice la portavoz del colectivo naturalista Nancy Blanco. «Además hemos tenido suerte porque esto nos ha pillado ya con los pollos volantones, criados y alimentándose por sí mismos, la mayoría ya emigrados al sur», añade.

Esta entidad puso en marcha en colaboración con Voz Natura tanto la senda de Maceda, que tiene tres kilómetros de recorrido y es la primera ruta específica señalizada en Galicia, como la de Sandiás. Durante todo el año organizan salidas para realizar avistamientos tanto de esta especie como de otro tipo de aves dentro de su programa de concienciación ambiental, pero ahora piden calma a los aficionados a la ornitología. «Hay mucha gente que nos llama para ver cómo puede ayudar y lo que nos gustaría es tranquilizarlas. Sabemos que en la zona de Valdeorras, por ejemplo, quizá se haya quemado algún nido, pero ahora mismo no es el momento de andar por el monte. En el caso de las cigüeñas hay que esperar a que regresen en otoño y veremos si se instalan como siempre. En la zona de Maceda posiblemente las empezaremos a ver en noviembre y en Valdeorras algo más tarde», recuerda Blanco. Desde esta asociación naturalista también confían en que el daño que se haya producido en la avifauna de menor tamaño no sea significativo. Recuerdan que los pájaros de especies pequeñas suele recuperarse más rápido ya que en muchos casos también son capaces de reproducirse y criar más de una vez durante el año.

Las mermas en alguna fuente de alimento con escasa capacidad para huir de las llamas (insectos, pequeños reptiles o roedores) podría repercutir en los asentamientos de la próxima temporada, pero en esta entidad naturalista confían en que los efectos sean limitados. «Posiblemente se note al principio, pero la verdad es que las aves suelen sufrir menos que otro tipo de animales y no solo porque tienen más capacidad de huir y librarse del fuego sino también para desplazarse en busca de alimento» apunta Nancy Blanco, que confía en que a las cigüeñas les siga gustando Ourense cuando lleguen a las zonas de anidamiento para la próxima temporada de cría. «La capacidad de regeneración y recuperación que tiene la naturaleza es increíble», dice insistiendo en que ahora no es el momento de organizar actividades que supongan entrar en las zonas afectadas.

«Hubo animales extraviados pero con el chip localizamos a los dueños»

Los incendios también generaron preocupación en el servicio de la Diputación que se ocupa de gestionar los cuatro refugios para animales abandonados —A Rúa, O Carballiño, Muíños y Xinzo— en los que se concentra la recogida y atención para los 85 ayuntamientos que se han adherido al convenio.

Afortunadamente la ola incendiaria solo puso en riesgo a los animales acogidos en uno de esos recintos, el de A Rúa. «Quemó alrededor, llegó a la hierba justo al lado de la zona donde empiezan las jaulas de los perros y también al aparato de aire acondicionado que estaba fuera de la edificación. Además prendieron unos neumáticos que había cerca, lo que provocó que el humo se volviese más denso y tóxico por lo que se decidió sacar a los animales», relata Pilar Suárez, veterinaria encargada de este servicio. Ocurrió el viernes 15 y con la ayuda de voluntarios se trasladó a la treintena de canes a la finca de un particular que se ofreció a acogerlos. «La idea era devolverlos el sábado pero como seguía habiendo humo los dejamos allí hasta el lunes, que ya estaba la zona más limpia», cuenta la responsable del servicio.

No hubo ninguna baja aunque sí fue necesario ayudar a algunos perros que presentaban síntomas respiratorios. «Les administramos un tratamiento suave y se quedaron bien, no hubo más problemas», resume Suárez. La segunda consecuencia de los fuegos en estas instalaciones es un ligero incremento en las llegadas de animales. «Están apareciendo perros que se extraviaron y se han desubicado, pero como traen chip, localizamos a los dueños y vienen a buscarlos».