El Arenteiro perdió el tren de la Copa del Rey en su visita a Unionistas (4-0)

El Club Deportivo Arenteiro recibió un severo castigo en la despedida de su brillante temporada de estreno en la Primera Federación. Fue mejor en la primera mitad, en la que sin embargo recibió un gol en sus postrimerías, además de otro al inicio del segundo período para alejarlo de la Copa del Rey y terminar goleado ante Unionistas: 4-0.

Intimidaron los charros en los primeros compases con un zurdazo de su ariete Slavy, que no cogió portería, antes de que los carballiñeses comenzaran a frenar esa iniciativa y adueñarse de la medular del campo. Vicente Esquerdo ejercía como mariscal y, tanto Álex Cardero —partiendo esta vez de la derecha— como Luis Chacón, se repartían bien los espacios que provocaba Romay, la opción por la que se decantó Javi Rey ante los problemas físicos de varios de sus atacantes.

Con esa movilidad y las permutas que reiteraban los visitantes, sobre todo desde el costado diestro, fue Cardero quien hizo trabajar a Iván Martínez, que respondió con una palomita a cuyo rechace anduvo más listo Erik Ruiz. Tras el lanzamiento de esquina, Esquerdo lució golpeo desde el borde del área, pero su trallazo se estrelló en el larguero.

Intentaron sacudirse los de casa ese control de los verdes en el dominio del esférico y fue la estrategia su mejor arma. Erik Ruiz bajó un lanzamiento de falta lateral para que Mario Losada disparara fuera. Aún así, el Arenteiro siguió visitando el área local y reclamaron una mano del central Ramiro, que el colegiado no consideró como punible.

Otra acción de balón parado volvió a acercar a los hombres de Dani Ponz a los dominios visitantes, con un nuevo testarazo de Erik que se fue desviado. Y casi, sin respiro, Unionistas lograba aguijonear a la zaga verde, con un servicio desde el carril derecho que remató Juan Serrano de primeras. Pablo Brea rechazó como pudo, pero andaba por ahí el oportunista Slavy, que fusiló al fondo de la red. Duro golpe a la línea de flotación de un cuadro forastero al que solo le valía la victoria.

Volvió a salir ambicioso el once carballiñés tras el paso por los vestuarios, pero su anfitrión se defendió con solvencia y volvió a sacarse de la manga otro mazazo con la firma de Mario Losada, que amansó el cuero con el pecho a treinta metros de la línea de gol y lo enchufó en la portería con un portentoso chut. La misión de arrebatarle la séptima plaza a los salmantinos se ponía muy cuesta arriba y los plomos se le fundieron el cuadro de Espiñedo, que acusó el esfuerzo.

Los inquilinos del Estadio Reina Sofía hurgaron en la herida de un rival también tocado en lo anímico. Erik volvió a marcar en un duelo aéreo, pero lo penalizaron por empujar a un marcador y Slavy envió fuera poco después un libre directo desde la frontal.

Javi Rey intentó refrescar su formación de salida, pero era evidente los albinegros llegaron más enteros a esta última jornada y el plus del resultado favorable los hacía volar. Recién incorporado al terreno de juego, Rastrojo progresó por velocidad en una diagonal al área y regaló el tercero de la tarde a Etxaniz.

Ya en la recta final del choque, un error en la retaguardia forastera fue aprovechado por Jon Rojo, otro recambio local para engrosar un marcador que selló el fin de curso de los verdes, que no bajaron los brazos e incluso anotaron por medio de Christian Ramos en el alargue, tanto anulado por apoyarse en su defensor al saltar.

A la postre, el Arenteiro rozó esa guinda de un nuevo curso en la Copa del Rey, logro que le hubiera puesto el marco a su octava posición final y a la garantía de regresar a la máxima categoría federativa. Todo un éxito.

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