La lectura detallada del programa electoral con el que Democracia Ourensana se presentó a las municipales del año 2019 lo decía claramente: «Transparencia máxima a través de la web municipal (todos podrán ver todo)». Como tantas otras promesas, esa también cayó en saco roto. En este mandato se han multiplicado las complicaciones para el acceso de los ciudadanos a la información más elemental sobre la gestión municipal. Además, el gobierno local niega sistemáticamente a la oposición y a los medios de comunicación respuestas transparentes sobre cualquier tipo de asunto.
En este contexto de opacidad absoluta, no es extrañar que tampoco se haya aclarado aún la polémica sobre la multa que la Policía Local de Vigo le puso al coche que habitualmente usan el alcalde y su equipo de confianza. Ese vehículo es de color amarillo, como el logo de Democracia Ourensana, pero lo pagamos todos porque forma parte del parque móvil municipal. Según la oposición, el día 3 de septiembre, un sábado, circulaba a las 21.56 horas con exceso de velocidad en la zona de Samil y, como el Concello de Ourense no identificó al conductor cuando llegó la multa, esta pasó de 400 a 1.200 euros.
El pasado viernes lo denunciaron varias cuentas anónimas en las redes y ese mismo día se hizo eco de ello el PSOE. Sin embargo, cuando este martes le preguntaron, Gonzalo Pérez Jácome dijo que él no fue y que aún no sabía quién conducía. ¿Tal descontrol hay con el uso de un coche municipal? ¿Tan frecuentes son las gestiones de interés público los sábados a las diez de la noche en Samil?