Vengo de redactar la crónica del empate que fortaleció el liderato del Club Deportivo Arenteiro en la Segunda Federación. Y no dejo de recordar la frase de su presidente, Argimiro Marnotes, pronunció nada más eliminar de la Copa del Rey al Almería de Primera División, allá por el último 13 de noviembre. Con cierta expresión de incredulidad señaló: «Y el caso es que hacen que todo esto parezca normal». Pues no, hacer las cosas bien una y otra vez no es lo normal en este complicado mundo del fútbol.
Y en el equipo que defiende los colores de O Carballiño han logrado elevar a su nube a una de las aficiones más fieles —pero también más exigentes— de Galicia. Una Copa Federación, la citada eliminatoria ante los almerienses y el posterior tuteo que se marcaron frente a un rival con la solera del Atlético de Madrid no fueron óbice para sostener una campaña liguera impecable. Solo el Compos le hizo doblar la rodilla y el golpe vino acompañado del adiós de Fran Justo, reclutado por el Lugo para afrontar un desafío aún más complicado.
Parecía un punto de inflexión con peso extra, pero Javi Rey fue un relevo idóneo en la teoría y en la práctica, por mucho que las notas haya que ponerlas al final del curso. Con el nuevo técnico ya van cuatro victorias y tres empates, sin derrotas. La salvación —objetivo primigenio—, parece encarrilada. Incluso la promoción de ascenso, se antoja un logro bastante factible y aún soñamos con el ascenso directo a una categoría en la que encontramos al Dépor, Córdoba, Castilla, Castellón, Murcia, Barça Atlétic. No, no es lo normal, pero aún soñamos con este Arenteiro.