Las frases antológicas que hemos acumulado en la memoria los frikis de Juego de Tronos son de «otra temporada», como dicen mis amigos más analógicos. A mí me llegan a la cabeza según el escenario y, aunque por estos lares —más urbanos—, la nieve se cotice más cara, lo cierto que el lema de la Casa Stark y su inolvidable «se acerca el invierno» está totalmente vigente, nada más salir a la calle. Los descendientes de Ned Stark veían en el invierno la necesidad de estar preparados para lo malo. Yo no iría tan lejos, pero es verdad que lo de capear el temporal como se pueda siempre ha sido un consejo de los más atinados.
En mi mundillo de la competición deportiva, sobre todo en las campañas que van de un año a otro, siempre fui fiel a mi pedrada de que el invierno decide ligas y encarrila campeonatos. Sin lugar a dudas, es mucho más llevadero competir —y entrenarse— en otoño o primavera, que en pleno invierno. Se nota hasta en el ánimo de profesionales bien pagados.
En eso no falló el Arenteiro, que cruza el ecuador de la Segunda Federación como líder, e incluso un Ourense CF que se aproxima de nuevo a los puestos de privilegio. Igual confirma la regla la excepción de la UD Ourense y el Barco, sufriendo más de la cuenta en el clima frío de Tercera, mientras el Barbadás es otro que vuela bajo la lluvia de enero en la Preferente. A cubierto, un COB en transición de su nueva etapa, mantiene el tipo y le da calor a sus aficionados, que creen y llenan el Pazo. El invierno se acerca o ha llegado ya. Es cuestión de no quedarse parado.