Ya lo había hecho antes, pero el día en que tomó posesión como alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome proclamó de nuevo que es un procrastinador, es decir, que tiende a aplazar las tareas que le corresponden. Visto con perspectiva, era toda una declaración de intenciones.
Tres años después de aquel día en que el PP lo aupó a la alcaldía, el transporte urbano sigue igual que estaba, es decir, con una concesión caducada y sin la prometida renovación de buses y líneas. Con respecto a los nuevos vehículos, sí se ha cerrado su adquisición, aunque aún habrá que esperar a principios del año 2023 para que puedan entrar en servicio. En relación a las rutas, el alcalde ha publicado en la web municipal un listado de veinte líneas (diez menos que en la actualidad) que no precisa ni frecuencias, ni horarios ni la localización exacta de las paradas. Tampoco se aporta ningún tipo de información gráfica, tan solo un mapa pintado a rotulador que Jácome público en sus redes sociales.
Y eso que el alcalde lleva ya un par de años subiendo a Facebook varias versiones de su proyecto para remodelar las rutas del bus urbano. Primero propuso una línea circular, después un «metro-bus» y más tarde los «buses de barrio (busitos)». Hasta dedicó tiempo a ponerle nombres ocurrentes a los itinerarios, como el «Couto convoy», el «Rápido de Rairo» o el «Seixalbo Shuttle». Tantas vueltas y tanto tiempo invertido para acabar publicando un simple listado y otro mapita pintado a rotulador para pedir a los ciudadanos que hagan aportaciones.