No seas «repunanta»

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE

12 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Atribuyen a John Lennon una frase que es toda una lección: «La vida es eso que te pasa mientras estás haciendo otros planes». Una hace propósitos de dedicarle atención al «eso» pero acaba olvidándose y cayendo otra vez en el modo automático. A veces creo que la vida es eso que dejas de disfrutar mientras te quejas. Entonces te chocas de frente con la vida de otros y recibes tal bofetada de realidad que te tragas todas tus palabras. Y te das cuenta de que eres una repunanta, esa palabra que no aparece en el diccionario pero que muchos utilizamos para definir a una persona quejosa, pejiguera, quisquillosa...

Esta última semana, cuando aún tenía el rostro vital colorado por una bofetada, me vino otra. Una especie de «poner la otra mejilla» existencial.

El domingo conocí a Marko, un niño que es ucraniano aunque nació en Ourense. Reconozco que tuve que aguantarme las ganas de darle un colo, porque últimamente me pongo muy blandita con los bebés. Pero hubiera sido raro que la periodista que fue al hospital a convertirlo en noticia con apenas dos días de vida lo cogiera en brazos. Lo que realmente me puso blandita fue encontrarme de frente con un niño al que su padre todavía no ha podido conocer porque tuvo que quedarse en un país invadido mientras su mujer, embarazada entonces y con otros dos niños, salía del país para alejarse de la guerra. La empatía, que es una herramienta fundamental para construir una sociedad mejor, me puso la piel de gallina y me encogió el corazón. Por si eso no fuera suficiente para ponerme en mi lugar al menos durante un tiempo, a los pocos días conocí (como los lectores de La Voz) la historia de una ourensana que, cuando tenía la edad que yo tengo ahora, se quedó incapacitada por una intervención quirúrgica. Sin tener criterio sanitario ni jurídico, los 270.000 euros que recibirá de indemnización después de quedarse sin movilidad en una pierna, sin control de sus esfínteres, sin posibilidad de trabajar y sin el hogar en el que vivía (porque ya no podía acceder a él) me parecen una miseria. Y como la vida es tan retorcida, después de aquello sufrió un cáncer de mama con doble mastectomía.

Así que aquí estoy, recién abofeteada por la realidad, con el propósito de no ser repunanta y recordando lo importante que es ponerse en el lugar de los demás.