¿En agosto no se pagan impuestos?

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE

El Concello de Ourense ha comenzado la instalación del alumbrado navideño en agosto
El Concello de Ourense ha comenzado la instalación del alumbrado navideño en agosto BRAIS LOUREDA

15 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevo muchos veranos trabajando en agosto. Es un mes en el que la ciudad, como sucede en otras muchas capitales de interior, baja revoluciones. Y, personalmente, le veo cierto encanto. Pasear por las calles casi desiertas, poder acudir a una tienda sin hacer casi cola, saludar cada día a los pocos vecinos que quedan en el barrio... Pero hay otras cosas que ni tienen encanto ni son admisibles para la tercera ciudad de Galicia. De poco vale que la empresa de las luces de Navidad se afane por colocar la preinstalación del alumbrado (¿es cosa mía o es una aberración visual tener durante medio año colgando unos cables por las principales arterias de la ciudad?) si los contribuyentes que nos quedamos durante el mes de agosto en Ourense nos vemos abandonados a nuestra suerte. Las actividades de conciliación se reducen drásticamente con respecto a julio sin mayor explicación que la de que así fue siempre. Salvo contadas excepciones, los ourensanos con hijos que no tienen la suerte de contar con todo el mes de agosto de vacaciones tienen que hacer malabares para atender a las criaturas. Y si hablamos de cultura no podemos más que echarnos las manos a la cabeza. No hay más que comprobar la agenda que publica La Voz de Galicia a diario en su edición digital para ver que cualquier villa que se precie de la provincia tiene más actividad para cualquier grupo de edad que la ciudad de As Burgas. El Concello de Ourense ha procedido a un apagón cultural sin precedentes con la excusa de la pandemia. Los conciertos que había en el casco histórico al alcalde no le gustaban y se cancelaron. El Auditorio sigue cerrado a cal y canto, y eventos para los más pequeños tampoco hay ni se les espera. Mientras el alcalde no reaccione, a los que estamos en agosto en Ourense por motivos laborales no nos quedará otra que hacer números con los niños y escapar a última hora de la tarde a otros puntos cercanos de la provincia donde sí mantienen el pulso cultural.