El ourensano Martín Rodríguez es uno de los muchos jóvenes que hoy optan por restaurar coches no tan antiguos
23 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.
Cuando se cumplen 25 años desde la puesta en circulación de un modelo de automóvil, este se convierte en un clásico. Es por ello que, aunque el valor de los coches baja a medida que estos envejecen, llegados los 25 años, si el modelo es lo suficientemente mítico, puede revalorizarse. Esto le ocurre al Volkswagen Golf 3 GTI, y Martín Rodríguez, un ourensano apasionado por las cuatro ruedas y la mecánica, es de los que ha optado por revivir este nuevo clásico: «Mi coche preferido era el Golf 2, pero este es más económico. Lo compré para aprender, pero le surgieron tantos fallos que al final fue una restauración completa». A Martín le llaman la atención los coches desde pequeño, pero fue su fervor por la bicicleta lo que lo llevó a amar también el mundo de la mecánica. Hoy, graduado en Ingeniería Mecánica, compagina sus estudios de máster con la restauración y modificación de su coche. Además, comparte a través de las redes sociales las modificaciones y problemas surgidos en este viaje de restauración, y lo hace con una comunidad cada vez más numerosa. «Desde hace unos años hay más interesados en el Golf. Quien busca un clásico económico lo escoge», explica. Son muchos los que realizan este tipo de modificaciones, pero no tantos los que optan por restaurar. «Lo que se lleva ahora son unas llantas grandes y el coche pegado al suelo. Yo intento mantener la línea original con pequeñas modificaciones, pero poco agresivas. Cosas de las que solo se daría cuenta alguien que controla». El Golf, además de su oro en paño, es el vehículo personal de Martín, y asegura que aunque los años pasen, la mecánica resiste: «Es duro, cuando lo compré vino de Lugo sin aceite y ahora está perfecto». Lo único que le queda para estar rematado, unos amortiguadores y solucionar algún pequeño defecto de chapa.