Había pensado escribir sobre mi repulsa absoluta al cinismo. También al bienquedaísmo. Y al yomismismo. Tres factores que pueden influir directamente sobre la toma de decisiones, como esa, que el sábado de entroido salvó del ruido a quince y castigó sin él a miles. Pero bueno, después resulta que terminé de leer Rewind, el nuevo libro de Juan Tallón, y cambié de opinión por varios motivos. El primero, porque con él volví a leer -un poco yomismista, la verdad-. El segundo, porque se trata de la mejor obra literaria hasta el momento de este ourensano de Vilardevós -las anteriores no me movían y esta es sublime, así que nada de bienquedaísta-. Y aquí van las razones que hacen que sea necesario hablar de él. En Rewind se escribe sobre el valor del tiempo y la importancia de cuidar la calidad del mismo; del instante, del aquí y ahora. Se profundiza, sin demasiados tapujos, en la rapidez con la que un ser humano puede ser aniquilado, arrebatado de todo atisbo de felicidad, reducido y destruido hasta ser, con suerte, poco más que un disfraz anatómico de papel. Y, sin embargo, los que quedamos, seguimos estando vivos y ello nos obliga a tender a la resolución y a querer solucionarlo, sea de la forma que sea. Supongo que lo hacemos por supervivencia. Este libro habla de una reacción directa al descontrol y, por ende, habla del amor como fuerza única ante la destrucción. También del amor como epicentro destruido. Del mundo echo añicos. De la imposibilidad para dar marcha atrás en el tiempo y de nuestra enorme dificultad para tolerar que esto sea así. Ya he empezado el siguiente libro, cuya dedicatoria reza: A X, que me prometió un viaje interesante. Como leer. Por supuesto, como amar.