Cien días no son nada

Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE

21 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Yde repente ya han pasado cien días. El aterrizaje de Jácome en la alcaldía fue sorprendente (hasta para él). No podemos olvidar su primera reacción tras la noche electoral de mayo, cuando aturdido por la pérdida de apoyos, mostraba al menos su esperanza en que los votos a Democracia Ourensana no cayeran en saco roto y sirvieran para echar a Baltar de la Diputación. Lo que pasó después ya está escrito y contado. Ahora, es el momento de hacer un primer balance. Y el más inmediato es que Jácome ya se habrá dado cuenta de que una cosa es hacer oposición y otra gobernar. Cuando estaba en la oposición se pensaba que en noventa días era posible desbloquear la apertura de una plaza de abastos que lleva concluida y cerrada a cal y canto más de cuatro años porque nadie la quiere gestionar. También que se podían arreglar los contenedores soterrados. Ahora ya sabe que no. También habrá comprobado que un parque acuático no se levanta de un día para otro o que cambiar la estación intermodal de bajo coste que planean en Madrid no es tan sencillo como él se imaginaba cuando los que gobernaban eran otros. De estos cien días a Jácome se le recordarán más sus escaramuzas con los funcionarios o sus aseveraciones sobre supuestas «mafias policiales» que sus proyectos de ciudad. Serán recordados, además, los volantazos dados por su partido, que se ha tragado ya unos cuantos sapos para mantener el pacto con el PP. Tampoco ha tenido un aterrizaje muy fructífero el principal partido de la oposición, que solo ha dejado para el recuerdo la metedura de pata con las pozas.